Aunque antes era común que se enseñara a ocultar las
emociones, hoy se sabe por qué no conviene hacerlo.
Fuente: Salud a Diario
“No seas tan sensible”; “No te enojes”; “¡Eso no es motivo
para llorar!”: siempre hay voces (externas y propias) que nos invitan a
ignorar esos sentimientos etiquetados como negativos. Sin embargo, aquello
que parece ser conveniente al principio puede ser muy dañino después. Mantener
las emociones dentro del pecho y no dejarlas salir suele dar más seguridad,
pero no siempre es la manera más sana de manejarse en la vida, según explica
este artículo del portal Verywellmind. com. Este enfoque impide que usted pueda
hablar de sus necesidades (lo que puede convertirse en un círculo vicioso) y
que pueda conectarse verdaderamente con otros. Con el tiempo, contener lasemociones hasta puede tener consecuencias contraproducentes capaces de afectar
su salud física y mental.
¿Por qué las personas tienden a ocultar sus emociones?
Son muchos los escenarios en los que puede sentirse obligado
a reprimir sus sentimientos. Tal vez solo quiere que el día termine y lo sucedido
quede atrás, quizás se prometa a usted mismo que lidiará con esa emoción más
tarde o piensa que no vale la pena explorar aquel sentimiento, o bien intenta
ocultar sus sentimientos para lograr que una relación pueda “funcionar”.
Básicamente, las personas tienden a reprimir sus emociones por un motivo
fundamental: parece más sencillo y más seguro hacerlo. “Las razones por las
que, a veces, o la mayoría de las veces, algunas personas reprimen sus
emociones pueden variar, pero todo aquello parece provenir del temor a la
vulnerabilidad. Debido a este temor, el individuo reacciona con herramientas
de autoprotección emocional”, afirma Colleen Mullen, psicóloga y terapeuta
familiar. “Reprimir las emociones brinda una falsa sensación de seguridad
emocional”. La experta afirma que algunas personas, al crecer, aprenden que
expresar emociones no es una práctica segura. Esto puede darse de diferentes
formas durante la niñez. En algunos casos, los padres de esos niños pueden ser
algo despectivos o minimizar las emociones de los hijos, o bien pueden ser los
propios padres quienes temen expresar sus emociones o se sienten amenazados por
ellas. En otros casos, puede tratarse de padres abrumados que no responden bien
cuando el niño expresa sus necesidades o sentimientos. “Esos niños crecen y
pueden convertirse en adultos emocionalmente reprimidos”, explica Mullen. “La
represión, o anulación, de las manifestaciones emocionales termina
transformándose en temor a que le digan ‘no’, al abandono o a ser juzgado de manera
negativa”, detalla.
¿Por qué ocultar las emociones suele ser contraproducente?
Si bien contener emociones puede parecer una buena idea en
el corto plazo, esta práctica puede afectarnos negativamente de diferentes
maneras.
1. Atenta contra el bienestar mental
La anulación crónica de los sentimientos puede afectar su
seguridad y confianza, tal como explica la nota de Verywellmind.com. Con el
tiempo, usted puede sentir que a nadie le importan sus necesidades o deseos y
que su opinión o su voz no cuentan. Todo esto también puede causar estrés,
depresión o ansiedad. En algunos casos, hasta puede sentirse profundamente
enojado o furioso y desarrollar sentimientos de resentimiento hacia otros.
2. Pone en riesgo la salud física
“Se ha demostrado que reprimir las emociones puede causar
estrés físico en el organismo”, comenta Mullen. “Y ese estrés puede aumentar el
riesgo de desarrollar diabetes y afecciones cardíacas. Los problemas de memoria
son otros efectos posibles”, agrega.
3. Dificulta las relaciones sociales
Alimentar las relaciones sociales es vital para el
bienestar general de la persona. Después de todo, somos esencialmente seres
sociales. Cuando usted no puede expresarse en forma apropiada, sus relaciones
se ven impedidas de desarrollarse bien. “El contacto con otros humanos ayuda
a equilibrar su sistema nervioso y le permite tener una perspectiva más amplia
sobre el mundo. Esto lo protege de dar vueltas en círculos permanentes de
temor y falsas creencias”, comenta Shari Foos, experta en terapia familiar. “Lo
que es aún más importante, a menos que sea abierto y honesto, ¿cómo cree que
otras personas podrían comprenderlo y conocerlo? Y si no permite que otros lo
conozcan, ¿cómo podría ser amado por lo que realmente es?”, pregunta Foos.