Existen técnicas que ayudan a
recordar mejor y facilitan la vida… ¿qué espera para aprenderlos?
En una era en la que el
refrigerador puede ayudarlo a hacer la lista de compras y su teléfono es capaz
de contestar casi cualquier pregunta, ya no hay mucho de lo que necesitemos
acordarnos. Esto hace que las hazañas que conquistan los campeones de la
memoria –aquellos que recuerdan cientos de nombres y rostros, secuencias de
números o palabras aleatorias, o el orden de múltiples mazos de cartas–
parezcan más superhumanas que nunca. Pero he aquí un pequeño secreto de estos
dotados de la retención: un estudio publicado recientemente en la revista
Neuron detalla que los supermemorizadores no tienen regiones cerebrales
especialmente grandes que les permitan absorber y evocar enormes cantidades de
información. Sus estructuras cerebrales son, en esencia, idénticas a las de
todos nosotros. Al comparar las imágenes cerebrales de 23 campeones de memoria
(que habían quedado entre los 50 mejores en el Campeonato Mundial de Memoria) con
los de 23 personas comunes de la misma edad, género y cociente intelectual, los
científicos solo hallaron una diferencia: en el cerebro de estos, las
regiones asociadas con el aprendizaje visual y espacial, y la memoria se
encendían siguiendo un patrón especifico; en el de la gente común, se activaban
de forma distinta.
Cómo recuerdan los supermemorizadores
Porque aprendemos viendo, y
entre más vemos, mejor recordamos las cosas.
Esta gente ha perfeccionado un método para convertir los objetos que quieren
recordar (números, rostros, cartas y hasta formas abstractas) en imágenes que
“ven” mentalmente. Es un proceso llamado “construir un palacio de la memoria”. Funciona
así: primero, se debe transformar los objetivos en una imagen (algo que
se pueda recordar). Por ejemplo, para retener una secuencia de naipes, Ed Cooke
(reconocido como el Gran Maestro de la Memoria por el Consejo Mundial de los
Deportes de Memoria) le dijo al escritor estadounidense Tim Ferriss que a cada
carta le asigna una celebridad, una acción y un objeto; cada trío de naipes
forma una imagen única con la celebridad de la primera carta, la acción de la
segunda y el objeto de la tercera. Entonces “jota de espadas, seis de espadas y
as de diamantes” se convierte en “el Dalai Lama usando el vestido de carne de
Lady Gaga y sosteniendo el balón de Michael Jordan”. El fundamento del sistema de
Cooke es que memoriza mejor usando pistas inusuales, no mundanas. Después,
debemos colocar mentalmente la imagen en algún lugar que le resulte familiar:
en la casa o en algún punto de nuestros trayectos diarios, por ejemplo.
Finalmente, hay que crear una historia acerca de los objetos, lo que ayudará a
conectarlos en el orden correcto.