Está comprobado científicamente que la práctica de la
relajación es beneficiosa para el organismo, ya que reduce el estrés y fomenta
las emociones positivas.
Es evidente que el cerebro no puede funcionar
correctamente en tensión. El estrés es una respuesta natural del
organismo a una situación difícil que tenemos problemas para controlar
(peligro, conflicto, preocupación...). De hecho, nuestro estilo de vida actual resulta
a menudo estresante, por eso es importante aprender a distenderse.
La relajación permite manejar el estrés y sacar de
ello efectos positivos para el cerebro. La relajación lleva a un estado de conciencia
modificado.
El estrés y la ansiedad que genera nuestra vida cotidiana
nos hacen segregar cortisol, una molécula que altera la memoria y daña
nuestras capacidades cerebrales. Las prácticas de relajación apuntan a
inducir un estado de distensión muscular y a disminuir el estrés y la
ansiedad. Los miles de millones de neuronas del cerebro, cuando intercambian
informaciones, producen un influjo nervioso coherente y rítmico, es
decir, se activan más o menos juntas, vuelven a un estado de reposo, luego
se activan de nuevo provocando la emisión de corrientes eléctricas muy débiles,
conocidas con el nombre de ondas cerebrales y mensurables por medio del
electroencefalograma.
Su ritmo varía según nuestra actividad: vigilia,
aprendizaje, reposo, relajación, sueño ligero, sueño profundo. Durante una sesión
de relajación, las ondas cerebrales adoptan un ritmo lento llamado alfa.
Ese ritmo, que corresponde a un nivel de conciencia reforzado, lleva a
los dos hemisferios de nuestro cerebro a sincronizarse. Se trata de un ritmo de
transición entre la vigilia y el sueño. Genera un estado de conciencia
modificado, que disminuye el grado de atención a ciertos estímulos sensoriales
para concentrarse en un solo punto.
Los beneficios de la relajación en nuestro cerebro
Las prácticas de relajación tales como el yoga, el tai-chi-chuan
o el qi gong tienen una gran cantidad de efectos beneficiosos sobre el
cerebro. Algunos estudios científicos han demostrado que la parte
prefrontal izquierda de la corteza cerebral que constituye el centro de las
emociones positivas, se activa más en ocasión de una sesión de relajación.
A la inversa, la parte prefrontal derecha de la corteza que
es la sede de las emociones negativas y de la ansiedad, se utiliza menos en el
transcurso de este tipo de ejercicio. Así, las técnicas de relajación favorecerían
los sentimientos positivos e inhibirían las zonas del cerebro asociadas a
la ansiedad y a las ideas negras. Las personas que saben relajarse manejan
mejor su estrés. Presentan un índice de cortisol más bajo durante los
ejercicios de relajación, efecto que tendería a persistir luego de la sesión y
retrasaría las pérdidas de memoria.
La relajación mejora también las funciones cognitivas y
permite tener un rendimiento superior al promedio en los tests de reacción rápida
a los estímulos visuales.