La presencia de
los abuelos en la vida de los nietos es fundamental en su desarrollo.
Fuente:
Larazon.es
“No hay en
nuestras vidas cómplice más hermoso que un abuelo; en él tenemos a un padre,
a un maestro y a un amigo”, dice una frase célebre que sintetiza el sentimiento
de muchos sobre este vínculo que une generaciones en etapas opuestas de la
vida.
La naturaleza es
muy sabia, y, para ser abuelos, hay que prepararse, como también tuvimos un
tiempo para preparar la llegada de un hijo, afirma este artículo publicado en
el portal www.Larazon.es.
Como dice
Margaret Mead, antropóloga estadounidense del siglo XX, “todo el mundo debe
tener acceso a los abuelos y nietos, con el fin de ser un humano completo”.
Cuando se peinan canas o ya no hay prácticamente nada que peinar... y, casi al
mismo tiempo, se empiezan a sumar arrugas, probablemente sea el momento de
poder decir que uno no ha hecho otra cosa que acumular experiencias y
sabiduría, que ha visto a la vida dar algunas vueltas y ya es hora de poner en valor
todo lo aprendido.
¿Cómo? Pues una
de las formas más comunes es esperando ver cómo sus hijos empiezan a tener
hijos. “Esto es hacerse abuelo”. Son los padres los que hacen abuelos a sus
respectivos padres cuando tienen un hijo. Hoy en día no es fácil ser padres,
pero tampoco es nada fácil ser abuelos. Que sus nietos lo llamen abuelo no
tiene más mérito que haberle dado a su hijo la vida y que él le dé a usted una nueva
vida en forma de nieto. Esto es posible gracias a una cadena de transmisión de
la experiencia vital, para tener un nieto en quien poder proyectar toda la
sabiduría y experiencia acumulada desde su experiencia parental en primera
persona.
Tener nietos no
es lo mismo que tener hijos, aunque, siendo algo tan evidente, a veces cuesta
verlo, porque usted ya no tiene que estar en la primera fila del anfiteatro
para ser el mejor abuelo. El cariño contenido durante años anteriores o la
sobreprotección como forma de cariño hacen que algunas personas no acierten, a
veces, en cuál es su verdadero papel cuando les llega la hora de tener nietos.
El rol de los abuelos en la familia
Los abuelos no
deberían ser los protagonistas principales del nuevo acontecimiento familiar; a
lo mejor, ni tan siquiera los personajes secundarios; la sabiduría de la vida
y las experiencias acumuladas tienen que ayudar a los padres a ver que su papel
de abuelo está solo en formar parte de la afectividad y la unidad del gran
paisaje familiar, a veces, solo con su presencia.
Para conseguirlo,
los abuelos deben ser exquisitamente cuidadosos y no caer en los posibles
excesos de confianza en el hogar familiar de los padres, y deben respetar el
necesario derecho a la intimidad de los nuevos padres tanto entre sí como con
sus hijos en la familia nuclear, explica este artículo de www.Larazon.es.
Ser abuela o
abuelo forma parte de un relato en la narración de la vida familiar de sus hijos; por eso, no puede ejercer ningún cargo o derecho como abuelo, sino desarrollar sentimientos de orgullo
por formar parte de ese libro de la familia de sus hijos. Ser familia y
pertenecer a esta ya es suficiente motivo de agradecimiento y autoridad moral
con sus hijos, con su familia y con toda la sociedad. Antes, la teoría era:
“Los abuelos están para maleducar a sus nietos, aun a costa de desautorizar a
los padres del nieto”.