Un niño sometido constantemente a estímulos no puede
desarrollar su imaginación.
Belton empezó a interesarse por el tema del aburrimiento en
los años ‘90, cuando estudiaba la influencia de la televisión en la narrativainfantil. Tras leer centenares de redacciones escritas por niños de doce años,
se mostró muy sorprendida por la falta de imaginación que detectaba en
la mayoría. Concluyó que aquella pobreza narrativa estaba vinculada al exceso
de televisión, uno de los socorridos recursos contra el tedio. “La
imaginación no solo enriquece nuestra experiencia personal, también es
necesaria para desarrollar la empatía y es indispensable para crear y
transformar las cosas”, escribe Belton. Y para desarrollarla, destaca, es
fundamental aburrirse: un estado que, bien gestionado, actúa de catalizador
para crear. Belton lo ha corroborado gracias a los testimonios de personas
cuyas profesiones están basadas en la creatividad. Escritores, artistas y
científicos le recalcaron el papel clave que había jugado el aburrimiento —en
su infancia y en su edad adulta—, para alcanzarla. El problema es que hoy,
los niños, cargados de actividades extraescolares y todo tipo de experiencias
vitales y estímulos virtuales, no tienen, literalmente, tiempo de aburrirse. “Y
los niños —advierte la autora—, necesitan tiempo para ellos, para desconectar
del bombardeo del mundo exterior, para soñar despiertos, para dedicarse a
sus pensamientos y ocupaciones y descubrir así sus intereses y sus
capacidades”. La respuesta, como padres, no está en llevarlos a clases de
mindfulness o de yoga entre una tarea extraescolar y otra. Ni en darles
actividades y soluciones inmediatas. La respuesta está “en crearles un ambiente
tranquilo y distraerse por uno mismo”. No es labor sobrehumana y tiene, como
enumera Belton, muchas ventajas: entrena habilidades tan útiles como la
curiosidad, la perseverancia, la imaginación, la observación y laconcentración. Sin olvidar otra gran cualidad denostada en nuestros
tiempos: la tolerancia a la frustración que, en un mundo cada vez más frenético,
también es olvidada por muchos adultos.