Esta actitud favorecida por la virtualidad, que consiste en
desaparecer de la vida del otro, puede complicar el cierre de etapas.
Fuente: buenavibra.es
La falta de explicaciones es lo que más impacta, ya que, al
no saber las razones del otro, no se conoce con certeza por qué la relación
terminó. Y entonces queda la especulación, la interpretación del
significado de las últimas palabras, acciones y gestos del otro.
“La pareja no se da cuenta de inmediato de lo que ha
sucedido y cae en la propia interpretación de lo que esta ausencia de comunicación podría significar”, indica Koessler en su estudio. Como consecuencia, se
prolonga el dolor.
Oscar Castillero Mimenza, psicólogo especializado en
Psicología Clínica, explica en uno de sus artículos web que este tipo de
situaciones injustas conduce a que la persona se sienta despreciada e insegura.
Una experiencia de este estilo crea desconfianza en futuras relaciones
amorosas, y hasta es posible que surja cierto resentimiento, lo que puede
llevar a que la persona que vivió el ghosting le haga lo mismo a futuras
parejas.
¿Qué hacer frente al ghosting?
Sin razones ni respuestas, lo mejor que se puede hacer en
estos casos, según Mimenza, es desprenderse. Es decir, dejar de buscarle una
explicación a la ruptura, ponerle fin a los intentos de contactar al otro y reconocer
la disolución de la pareja. Y a futuro, tratar de no considerar el ghosting como
algo normal que se repetirá. Es necesario seguir adelante y priorizarse.