Además de alargar la vida, las
relaciones sociales protegen el cerebro.
Tener buenas relaciones parece proteger el cerebro. Una
investigación del Centro para la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad
Rush, en Chicago, EE. UU., descubrió que las personas solitarias pueden
tener el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad. ¿El motivo?
Quienes estaban siempre solos parecían ser más vulnerables a los cambios en el
cerebro que ocurren junto con la demencia. Un estudio de la Universidad de
Chicago, EE. UU., muestra hasta qué punto la soledad puede afectar el
funcionamiento del cerebro y cómo nos comportamos. Un equipo dirigido por
el profesor John Cacioppo, neurocientífico, que estudió las conexiones entre
el sentimiento de soledad y la actividad cerebral, encontró diferencias
significativas entre la actividad cerebral de las personas que se percibían
como solitarias y las que no. Es un hecho: la soledad permanente está vinculada
con una salud física y mental más deteriorada. Haga amigos En una investigación
en la que se les hizo un seguimiento durante doce años a más de mil adultos de
unos 65 años de edad, se observó que en aquellos que tenían de cinco a seis
vínculos sociales, el riesgo de sufrir un deterioro cognitivo se reducía a
la mitad, en comparación con los que no tenían ningún vínculo. En otro
estudio sobre 74 mujeres de 61 a 90 años, el psicólogo Elliot M. Friedman observó
que existe una relación directa entre tener buenos amigos y bajos niveles en
sangre de una sustancia química inflamatoria llamada interleukina- 6 y entre
tener altos niveles de esa sustancia y una serie de enfermedades, como el mal
de Alzheimer. Si las actividades de socialización se combinan con las
físicas, los resultados son aun más favorables. Hágase socio de un club y
practique natación o danza; cualquier actividad que realice con otra gente
reduce el riesgo de padecer demencia. Esos resultados se evidenciaron en el
Einstein Ageing Study, en Nueva York, EE. UU., al observar la relación que
existía entre realizar actividades recreativas y el riesgo de padecer demencia en
469 participantes de 75 años o más.