Aunque no suene muy tentador, ducharse con agua fría puede
traer numerosos beneficios para la salud.
Fuente: Salud a Diario
¿Seguro que nunca tomaría voluntariamente una ducha de agua
fría? Espere. Antes de desistir por completo la idea, tenga en cuenta que esta
práctica ofrece ciertos beneficios para la salud. De todas formas, el agua nunca
debe estar a una temperatura tan baja que el baño resulte incómodo o
exasperante. “El frío puede aumentar la estimulación del nervio vago (que envía
señales entre el cerebro y los órganos internos), lo que puede hacer que
sintamos mareos, náuseas y falta de aire”, advierte Bianca Beldini,
fisioterapeuta y propietaria del centro Sundala Wellness en South Nyack, Nueva York.
Por esta razón, la especialista recomienda comenzar con agua tibia y luego
bajar la temperatura poco a poco, para permitir que el cuerpo se aclimate
adecuadamente. En otras palabras, evite pasar repentinamente de agua caliente a
agua helada.
A continuación, algunos de los potenciales beneficios para
la salud de tomar duchas con agua fría o, al menos, agua más fresca.
1. Alivia la picazón en la piel
Calmar las molestias causadas por eczemas, psoriasis,
quemaduras de sol o reacciones alérgicas es tan solo uno de los muchos
beneficios de las duchas con agua fría. “El agua fresca ayuda a calmar la
sensación de picazón”, afirma Stacy Chimento, M. D., dermatóloga certificada de
la clínica Riverchase Dermatology, en Florida, Estados Unidos. “El agua fresca ayuda
a anestesiar la sensación de picazón y calma la piel irritada, mientras que un
baño con agua caliente puede aumentar aún más la sensibilidad de la piel”.
Es importante señalar que, si bien el agua fresca generalmente resulta útil para
aliviar síntomas, no aborda de manera completa el problema de raíz. “Entonces,
si experimenta eczemas, psoriasis o hasta quemaduras solares que causan picazón
en la piel, probablemente deba consultar a un médico para que le indique un
esquema de cuidados más completo, que puede incluir tratamientos con
medicación, una humectación más profunda del área afectada y la eliminación de
alérgenos en el entorno en el que se encuentra”, concluye la experta.
2. Mejora la salud intestinal
Hoy se sabe que el intestino desempeña un papel relevante en
muchos más aspectos de la salud que lo que se creía en el pasado; por lo tanto,
es importante mantener esta área del cuerpo en muy buen estado. El intestino
humano puede afectar el sistema inmune, el sueño, la función cerebral y
cardíaca, y más. Y sí, adivinó: las duchas con agua fría teóricamente
pueden ayudar. “Como reacción natural a una ducha con agua fría, el organismo
aumenta la frecuencia cardíaca, lo que a su vez acelera el bombeo de sangre por
todo el cuerpo”, comenta Inna Lukyanovsky, Doctora en Farmacia, profesional de
la medicina funcional y autora del libro Digestive Reset: Fix Your Hormones and
Digestion By Balancing Your Gut Microbiome and Adrenals (Reiniciar el sistema
digestivo: combata problemas hormonales y digestivos mediante el equilibrio del
microbioma intestinal y suprarrenal). “Cuando el corazón bombea sangre de
manera más eficiente, la circulación general del organismo mejora, aun después
de la ducha”, afirma Lukyanovsky. “Y, al activar la circulación, se activa
también la desintoxicación, lo que trae aparejados beneficios para el sistema
digestivo. Además, el cambio de agua tibia a agua fría mejora las células de
los músculos lisos, lo que beneficia la salud de estómago, intestinos y sistema
cardiovascular”, concluye.
3. Reduce las molestias del ejercicio
Si suele practicar actividad física hasta sentir ardor
muscular, entonces probablemente suela experimentar esa sensación también
durante los días siguientes. Recupérese más rápido con una ducha fría. “El ejercicio (especialmente la actividad física de alta intensidad, el
entrenamiento con peso o los movimientos que implican contracciones musculares
excéntricas) puede dar lugar al desarrollo de rasgaduras microscópicas en las
fibras musculares”, afirma Beldini. “Estas microlesiones pueden generar una
respuesta inflamatoria focal en el tejido, lo que lleva a una respuesta de
dolor muscular de aparición tardía, conocida también como dolor muscular de
inicio retardado”. La inmersión en agua fría, por ejemplo un baño con agua
helada, o una ducha fría, puede ayudar a reducir los efectos de la reacción. Según
una revisión incluida en la publicación de medicina deportiva Sports Medicine,
los investigadores concluyeron que la inmersión en agua fría a una temperatura
de 10 y 15 grados de 11 a 15 minutos registró los mejores resultados. ¿Por qué
funciona? “El microtrauma generado en los tejidos provoca edema, o hinchazón, y
respuestas inflamatorias en los tejidos y en la percepción del dolor”, sugiere
Beldini. “La inmersión en frío puede reducir el edema y dar lugar a una
percepción de disminución del dolor”.
4. Mejora el cuero cabelludo
Los folículos pilosos de su cabellera pueden estar
deseando silenciosamente que ponga fin de una vez al hábito de dejar caer una
catarata de agua caliente sobre su cabeza luego de un día estresante. Según
William Gaunitz, especialista en tricología (estudio de la estructura, función
y enfermedades del cabello humano), quien ha estado a la vanguardia de los
tratamientos para la recuperación natural del cabello desde 2002, tomar duchas
con agua excesivamente caliente todos los días durante períodos extensos puede
barrer los saludables aceites naturales presentes en el cuero cabelludo y
agravar problemas inflamatorios. “La piel y el cuero cabelludo poseen un
inherente equilibrio natural de aceites y microorganismos”, afirma. “Cuando
esos elementos se eliminan en forma diaria y regular por el desgaste y la
aplicación de calor extremo, el cuero cabelludo puede perder ese equilibrio y
convertirse en hogar de hongos y bacterias que eligen ambientes cálidos y
húmedos”. Con la exposición constante al agua caliente, el cuero cabelludo también puede experimentar resecamiento e irritación, lo que agrava los
problemas inflamatorios de esta zona, como caspa (parte de la dermatitis
seborreica) y psoriasis. “Cualquier inflamación puede dar lugar a pérdida
excesiva de cabello y crear una espiral descendente que frustra cualquier
intento de recuperación del cabello”, sostiene Gaunitz. “Entonces, duchas más
cortas y con agua más fresca protegen de la inflamación, mantienen el equilibrio
de aceites naturales y microorganismos en la piel y en el cuero cabelludo, y al
mismo tiempo, ayudan a prevenir la caída del cabello”. Gaunitz advierte que
esto no significa que las duchas con agua fría eviten la pérdida de cabello,
sino que ayudan a prevenir la inflamación, proceso que puede llevar a la
pérdida de cabello.