Si sigue estos simples consejos, notará cómo mejora su
alergia y podrá respirar tranquilo.
1. ¿Tiene una mascota?
Utilice un purificador de aire. La verdad es que hay
poca evidencia de que los purificadores de aire alivien de manera importante
los síntomas de las alergias. Pero si compra uno que tenga filtro HEPA,
lo usa en su dormitorio y no deja entrar a su mascota, logrará crear un
ambiente más saludable para su sistema respiratorio. Estos filtros eliminan las
partículas suspendidas en la atmósfera, incluida la caspa de los
animales. Un estudio sobre el uso de filtros de aire en el dormitorio descubrió
que reducen de forma considerable los alergenos que provienen de los
gatos. Otro estudio que se llevó a cabo para evaluar los beneficios de los
purificadores de aire con filtros HEPA en toda la casa arrojó como resultado
que pueden reducir los niveles de alergenos provenientes de los perros en un 75%
cuando se deja entrar a estos animales a la habitación, y en un 90% cuando
estos permanecen afuera.
2. Tire sus alergias al desagüe
Al igual que un chaparrón elimina el polen del aire, un lavado
con solución salina acaba con los alergenos de las vías nasales. Un estudio
demostró que enjuagarse tres veces al día durante la estación de alergias no
sólo proporciona alivio para la congestión, los estornudos y la picazón,
sino que reduce la necesidad de utilizar antihistamínicos. Para preparar
su propia solución salina, mezcle 1/2 cucharadita de agua, 1/2 cucharadita de
bicarbonato de sodio y 500 mililitros de agua tibia. Para introducirlo en la
nariz, utilice una pera de hule o un neti pot o rinocornio (recipiente especial
para irrigación nasal), que puede adquirir en las farmacias. Incline la
cabeza del lado izquierdo y coloque el pico del dispositivo en la fosa nasal
derecha; luego, vierta despacio la solución. El líquido tenderá a escurrir por
la fosa nasal izquierda, con lo que logrará un buen lavado de ambas fosas
nasales. Continúe hasta que se vacíe. Cuando haya terminado, suénese la nariz
suavemente y repita el procedimiento en el lado opuesto.
3. Revise su secarropas
Si posee un secarropas, siga los conductos de salida del
aparato y asegúrese de que desemboquen al exterior. La humedad que se produce
por cada carga tiene que ir a dar a alguna parte. Si los conductos salen hacia
el garaje o el sótano, estará favoreciendo la aparición de moho.
4. Limpie las bandejas de verduras de la heladera
Prepare una solución a base de cloro y sal. Este práctico recipiente es un verdadero imán de moho. Al añadirle sal, evitará que tanto éste como las bacterias proliferen. No olvide higienizar debajo de la heladera, pues en general hay restos de comida que se cubren de este hongo, y sus partículas vuelan por toda la cocina cada vez que el compresor se pone en marcha.
5. Lave la cortina de la ducha
Cada mes, lávela con agua caliente y cloro, o bien,
coloque una económica para que no le resulte oneroso reemplazarla cada 2 o 3
meses.
6. Mejor pollo que carne
Un estudio de dos años a 334 adultos con fiebre del heno y a
1336 sanos encontró que las personas más propensas a padecer esta clase de alergia eran las que llevaban dietas con más ácidos grasos trans, una
forma de grasa monoinsaturada presente básicamente en la carne y los productos
lácteos. No se preocupe, el aceite de oliva sí se puede consumir: es rico en
ácidos oleicos, pero no en ácidos grasos trans.
7. Tome un complemento de aceite de pescado
Un estudio realizado a personas con asma alérgica
encontró que aquellas que ingerían dicho complemento durante un mes presentaban
menores niveles de leucotrienos, unas sustancias que contribuyen a
favorecer las reacciones alérgicas.
8. Añádale kiwi al desayuno
Esta pequeña fruta acidulada de color verde es rica en vitamina C, la cual actúa como un antihistamínico natural. Algunos estudios
relacionan el nivel de vitamina C con las alergias. Cuando éstas se agraven,
ingiera complementos que la contengan.
9. Coma manzanas y disfrute del té
Las manzanas con cáscara, al igual que el té verde
y el té negro, son fuentes excelentes de quercitina. Las cebollas crudas y
las uvas rojas también son ricas en este eficaz antioxidante.