Actividad física Actividad física

Las oportunidades para llevar una vida saludable y controlar la diabetes están más cerca de lo que usted se imagina.

Únase a una piscina local. Por una membresía anual mínima, la mayoría de los centros permiten el acceso a sus piscinas para que usted pueda nadar libremente o tomar clases de aeróbicos en agua. No hay un lugar más amable, tranquilo y desafiante de la gravedad para empezar a ejercitarse que el agua. La natación es suave con las articulaciones, quema muchas calorías y lo hace sentir como un niño en vacaciones de verano, pero le brinda la condición física y el desarrollo muscular de un adulto. Como usted pesa sólo entre 10 y 15 por ciento de su peso corporal en el agua, nadar o hacer ejercicio en el agua es excelente para las personas que sufren de daño nervioso en los pies y necesitan evitar las actividades que implican soportar mucho peso.

Inscríbase a una clase de pesas en un gimnasio local. El ejercicio de resistencia (pesas) es tan importante como el ejercicio aeróbico para el control de la diabetes. De hecho, es mejor que los ejercicios aeróbicos para aumentar la sensibilidad a la insulina, reducir el riesgo de fragilidad ósea y prevenir la pérdida muscular que desacelera el metabolismo. Las clases en grupo son más divertidas y seguras que usar los aparatos solo. 

Consiga un entrenador personal. Otra forma de hacer pesas es encontrar un entrenador personal certificado, trabaje en el gimnasio al que usted asiste o vaya a su casa. Muchos entrenadores ofrecen sesiones familiares, de pareja o grupos pequeños a precios más accesibles. Recibir sesiones semanales durante un mes o dos, es una excelente forma de aprender un programa individualizado que comience en su nivel y cubra sus necesidades personales de fuerza. Busque un entrenador personal en Internet, o pregunte en un gimnasio cercano a su casa.

Tome una clase de cocina saludable. Busque cursos en centros o escuelas comunitarias. Tome uno de cocina saludable en general, o póngase creativo e inscríbase en uno de cocina vegetariana, mediterránea o asiática. Es una forma divertida y productiva de salir de casa.

Visite una tienda donde pueda comprar comidas “caseras”. Los establecimientos que lo dejan “preparar” sus propias comidas a partir de ingredientes frescos que exhiben en mostradores, cada vez son más populares. Acuda a uno de ellos, elija sus menús, tome los recipientes que le ofrecen y camine por los distintos mostradores para armar sus comidas. Llévelas a casa en una hielera, decida qué va a comer y meta el resto al congelador. Así no tendrá que ir al supermercado ni limpiar. Invite a sus amigos a que lo acompañen y conviértalo en una salida social. 

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