La
resistencia es un aspecto clave por desarrollar si se quiere tener un buen
estado físico.
La resistencia, cualidad atlética esencial en la
práctica de numerosos deportes, es la capacidad de mantener un cierto nivel
de intensidad durante un esfuerzo prolongado. Las actividades de
resistencia tienen por objetivo mejorar el funcionamiento de los sistemas cardiovascular y respiratorio: el corazón y la respiración trabajan para
proporcionar un aporte de oxígeno suficiente con el fin de regular la intensidad
durante el esfuerzo. Los ejercicios de resistencia favorecen el desarrollo
de un metabolismo aerobio: la energía utilizada por los músculos en el
transcurso de un esfuerzo es en gran parte proporcionada por la oxidación de
los glúcidos y de los lípidos disponibles en el organismo. Se dice que una
persona está en metabolismo aerobio si en un esfuerzo de resistencia respira
rápido, pero no se queda sin aliento. Por supuesto con la edad la capacidad
para el esfuerzo disminuye, pero es posible recuperar una parte por medio de un
entrenamiento regular en resistencia cuyos beneficios fisiológicos son
innegables. Practicar la resistencia hasta una edad avanzada refuerza
también la musculatura y consolida el esqueleto. El aumento del trabajo
cardiovascular durante las actividades de resistencia permite reducir los
riesgos de ateroesclerosis (envejecimiento de las arterias) y de
hipertensión. Contribuye además a una buena irrigación y, por lo tanto,
a un mejor funcionamiento del cerebro.
La resistencia física rejuvenece el cerebro
Las actividades físicas de resistencia como el
senderismo, el jogging (trotar), la natación o la bicicleta son sin duda las
más beneficiosas para tener un cerebro saludable. Practicadas durante un
mínimo de diez minutos al día, comprometen una masa muscular voluminosa, sobre
todo la de los miembros inferiores, y estimulan entonces una parte más
voluminosa del cerebro. Desde un punto de vista neurofisiológico, los
ejercicios de resistencia provocan la secreción de endorfinas, hormonas de la
misma familia que la morfina. Esas hormonas tienen un efecto euforizante
similar a los efectos de los antidepresivos y mejoran el humor. Por otra
parte, esos mismos ejercicios retrasan la atrofia del cerebro asociada al
envejecimiento, disminuyendo la desaparición progresiva de las neuronas, como
las vinculadas al aprendizaje, a la memoria y a las funciones cognitivas.
También, tienen un efecto neuroprotector contra las afecciones
neurodegenerativas de origen no genético, de las cuales forma parte el mal de
Alzheimer. C
El senderismo, actividad de resistencia
El senderismo exige más resistencia que una caminata de
corta duración, pero no deja de ser una actividad prácticamente sin peligro
que tiene la ventaja de hacer trabajar todos los músculos con moderación. Un
estudio ha mostrado los beneficios del senderismo para el cerebro. Los
senderistas ven disminuir sus síntomas depresivos y su humor y autoestima
mejoran. En el aspecto de la salud, el senderismo constituye un buen medio para
luchar contra factores de riesgo cardiovascular, mejorar el tono muscular
así como la flexibilidad de las articulaciones. En síntesis, es una
actividad apropiada para todo el mundo, pero sin embargo ¡atención! Si usted
sufre de artrosis, de insuficiencia coronaria o algún otro problema cardíaco,
trastornos respiratorios graves, hipertensión arterial severa, insuficiencia
respiratoria o angina de pecho que sobreviene a causa del esfuerzo a pesar de
un tratamiento, evite la práctica del senderismo o consulte previamente a su médico.