Aunque el corazón vaya modificando su función con el paso de los años, es posible mantenerlo en buenas condiciones adoptando unas simples medidas.

1. DEJE DE FUMAR

Es mucho lo que podemos hacer para mejorar la salud de nuestro corazón. Primero y más importante, si fuma, deje de hacerlo. ¿Por qué? En principio, el tabaquismo acelera el endurecimiento y estrechamiento de las arterias, haciendo que sea de dos a cuatro veces más probable que suframos un coágulo sanguíneo, con respecto a una persona que no fuma. En 1990, el ministro de salud pública de los Estados Unidos publicó evidencia de que los fumadores sexagenarios que dejan el hábito experimentan una mejor calidad de vida y tienen una expectativa de vida más larga que quienes no lo hacen. Desde entonces, los científicos han documentado beneficios específicos relacionados con el corazón.

A los 20 minutos de haber apagado el último cigarrillo, la presión sanguínea y el pulso del exfumador disminuyen. Pasado un año, el riesgo de enfermedad coronaria arterial se reduce a la mitad, y en diez años el riesgo de ACV se equipara al de las personas que no fuman.

2. SALGA A CAMINAR

Después, dé un paso positivo: salga a caminar. Media hora de caminata enérgica, seis días a la semana, reduce el riesgo de enfermedad cardíaca hasta un 40%, según un importante estudio en el que se controlaron la salud y las rutinas de actividad física de 72.000 mujeres con edades entre 40 y 65 años, a lo largo de ocho años. El estudio demostró los beneficios para la salud del corazón de iniciar una rutina regular de ejercicios, incluso a fines de la mediana edad. Otros estudios comprobaron que los hombres se benefician en gran parte de la misma forma. Y el ejercicio, por supuesto, es la única forma de liberarse de esa persistente grasa abdominal, que tiende a acumularse alrededor de la cintura a medida que envejecemos. Esta grasa central –la “forma de manzana”– se considera ahora una importante causa de hipertensión y colesterol elevado, así como del endurecimiento de las arterias.

3. CEPÍLLESE BIEN LOS DIENTES

Cepillarse los dientes y usar hilo dental dos veces por día se vincula con un envejecimiento más saludable. ¿Por qué? En primer lugar, las bacterias de la boca pueden pasar a las arterias haciendo que estas se taponen, lo que impide un flujo sanguíneo adecuado. En segundo lugar, el cuerpo crea una respuesta inmunitaria a las bacterias orales, lo que ocasiona inflamación, la cual puede conducir a un estrechamiento de las arterias. La enfermedad de las encías eleva el riesgo de males cardíacos un 72% y duplica las probabilidades de morir de un ataque al corazón.

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