Conozca las señales que anticipan los ACV y aprenda a evitar
los factores de riesgo que pueden desencadenar esta afección.
De repente, un coágulo de sangre bloquea una arteria.
Un vaso sanguíneo explota. La pierna, el brazo o el rostro quedan entumecidos.
No puede ver bien o hablar o caminar. Su cerebro sufre un derrame y
puede que nunca vuelva a ser el mismo. Momentos después de comenzado el derrame
cerebral, algunas neuronas mueren porque se ven privadas de sangre rica en
oxígeno. Si el derrame ocurre del lado derecho del cerebro, puede
afectar el habla, la memoria de corto plazo, las emociones y el juicio. Del
lado izquierdo, puede derivar en un comportamiento desorganizado,
compulsivo o muy prudente. Un accidente cerebrovascular aumenta el riesgo
de demencia y de Alzheimer más adelante. Ocurre en un instante. Pero los problemas
de salud que lo desencadenan quizá hayan estado por años.
1. Prevenga y controle la presión arterial alta
Según el Estudio Framingham sobre el corazón, el riesgo de
accidente cerebrovascular comienza a aumentar en cuanto la presión arterial
sube más allá de 115/75. El riesgo de derrame se duplica con cada
incremento de 20 puntos en el valor máximo de presión arterial y/o de 10 puntos
en el valor más bajo. Si no sabe cuál es su presión arterial, anote los valores
en su próxima visita al médico para poder ver hacia dónde se dirigen.
2. Haga un tratamiento si tiene un ritmo cardíaco anormal
Nos referimos a la fibrilación auricular: latidos
irregulares del corazón que pueden liberar coágulos en la sangre que se
dirige al cerebro. Los síntomas pueden incluir palpitaciones, dolor de pecho o
desvanecimientos.
3. Mantenga dentro de los niveles permitidos la cantidad de azúcar en sangre y de colesterol
La diabetes duplica o triplica el riesgo de accidente
cerebrovascular; los niveles de colesterol “malo” (LDL), por encima de los
130 mg/dL, aumentan el riesgo de derrames en quien ha tenido un pequeño derrame
(volveremos sobre esto en breve). Controlar la diabetes disminuye un 50%
el riesgo de accidentes cerebrovasculares; bajar el LDL lo reduce hasta un 25%.
4. Conozca las señales del derrame cerebral… y actúe rápido
Las drogas anticoagulantes pueden detener e, incluso, revertir
el daño cerebral causado por un derrame cerebral —un accidente isquémico
debido a un coágulo sanguíneo—, pero solo si se administran dentro de las tres
horas del comienzo del ataque. Muchas personas dudan antes de pedir ayuda y
desperdician esta oportunidad. Llame a la ambulancia si presenta estos síntomas:
• Debilidad en uno de los lados del cuerpo o
incapacidad para mover parte de un lado del cuerpo (el rostro, el brazo y la
pierna, o toda esa mitad).
• Entumecimiento, hormigueo o sensación de pesadez en
un lado del cuerpo.
• Problemas con la vista, visión borrosa, doble,
atenuada o la sensación de que le bajaron una cortina sobre los ojos.
• Dificultad para hablar o para hallar las palabras.
• Dificultad para entender palabras.
• Inestabilidad, mareos, torpeza, desvanecimiento;
dificultad para caminar o súbita pérdida de fuerza en las piernas.
• Un súbito y severo dolor de cabeza.
Tómese en serio los pequeños derrames. Antes de
sufrir un derrame más importante, entre un 30 y 40% de la gente tiene una señal
de advertencia: un pequeño derrame, llamado “ataque isquémico transitorio” o
AIT. Los síntomas son los ya mencionados, pero más cortos y menos intensos.
Se detienen tan rápido como comienzan, pero eso no significa que haya pasado el
peligro. El riesgo de tener un accidente cerebrovascular dentro de los dos días
siguientes es de 1 en 20, y dentro de los tres meses siguientes, es de 1 en 10,
a menos que tome medidas. Llame de inmediato al médico y explíquele lo
que ocurrió. Quizá quiera recetarle medicación para prevenir coágulos
sanguíneos, bajar el colesterol y reducir la presión arterial. En un estudio
británico, esta combinación reduce en un 80% las probabilidades de un derrame
más grave. Si piensa que ha sufrido un pequeño derrame en el pasado, también
hágaselo saber al médico. En caso de que lo haya tenido, puede sufrir otros en
el futuro. Su médico decidirá si es candidato a medicación para diluir la
sangre o para la presión
¿Tuvo un accidente cerebrovascular y no lo sabe?
Un breve período de mareo. Un episodio de visión borrosa. El
momento cuando la mitad del rostro se le entumeció. Una breve incapacidad para
pensar correctamente. Estos acontecimientos pueden ser síntomas de un ataque
isquémico transitorio (AIT), que suele no diagnosticarse. Se ha descubierto
otro tipo de derrame: uno “silencioso”, sin síntomas. Como el AIT, este puede
bloquear diminutas arterias cerebrales, disminuir el poder del cerebro e
incrementar el riesgo de un accidente cerebrovascular o de más pequeños
derrames que pueden terminar en el desgaste mental. Uno de cada 5 adultos de
más de 45 años ha tenido al menos un derrame silencioso, aunque la mayoría no
se da cuenta.