Si
lo aquejan dolores crónicos, aquí encontrará algunos consejos para remediarlo.
Fuente:
NHS
Combata el dolor con actividad física
El
artículo publicado en el portal del NHS, aconseja escoger un tipo de ejercicio que no resulte extremadamente demandante. Algunas alternativas recomendables:
caminata, natación, bicicleta fija, danza, yoga o pilates, la mayoría de
las actividades diarias y los pasatiempos La actividad y la elongación deben
convertirse en componentes esenciales de su estilo de vida, de manera que
realizar un poco de ejercicio con frecuencia sea parte de su rutina habitual. Intente
estar activo todos los días en lugar de moverse solamente cuando se
siente bien y no experimenta mucho dolor. Esto puede ayudar a reducir la
cantidad de días malos y contribuir a que sienta más control sobre la situación.
Sin embargo, evite exigirse demasiado cuando se siente bien y luego pagar el costo
con mayor cantidad de días malos.
Vaya a trabajar a pesar del dolor
Es importante tratar de mantener la continuidad en el
trabajo aun cuando sienta dolor. Las investigaciones muestran que, cuando
no trabajan, las personas se vuelven menos activas y aumentan los cuadros de depresión. Estar en el trabajo lo ayudará a distraerse del dolor
y, en la mayoría de los casos, no empeorará su estado. Converse con su
supervisor o su jefe acerca de aquellas cuestiones en las que puede encontrar alguna
dificultad al comenzar, pero remarque que quiere estar presente en el trabajo. Si
debe ausentarse durante un tiempo, intente retomar sus actividades laborales lo
antes posible. Y si se ha ausentado entre cuatro y seis semanas, planifique junto
a su médico, terapeuta o empleador cómo y cuándo puede regresar. Puede
retomar sus tareas de manera gradual. Por ejemplo, puede comenzar con un
día a la semana y gradualmente aumentar el tiempo que pasa en el trabajo.
También puede acordar modificaciones en sus tareas o esquema de trabajo; en estos
casos puede resultar útil contar con orientación de un representante de
seguridad e higiene ocupacional o terapeuta ocupacional.
Recurra a la terapia física para controlar el dolor
Los
expertos en dolor suelen recomendar un breve curso de terapia física.
Esto lo ayudará a moverse mejor, aliviará el dolor y facilitará las tareas y
actividades diarias, como caminar, subir escaleras o entrar y salir de la
cama. La terapia física para dolor persistente puede incluir maniobras
de manipulación, elongación y ejercicios para aliviar el dolor. El encargado de
realizar la terapia física es, en general, un fisioterapeuta, quiropráctico,
osteópata o, en algunos casos, un experto en terapia ocupacional. Un fisioterapeuta puede aconsejarle cuál es el tipo de ejercicio
y de actividad indicado para su caso particular. Los terapeutas ocupacionales
pueden orientarlo sobre ciertos cambios en su entorno que pueden ayudarlo a permanecer
en el trabajo y funcionar mejor en casa. Si realiza terapia física, comenzará a
experimentar los beneficios luego de unas pocas sesiones.
Tome analgésicos para el dolor
Según
el NHS, es seguro usar analgésicos de venta libre para reducir el dolor a
fin de mantenerse más activo. Sin embargo, es importante ser cauteloso en
el uso de analgésicos, ya que poseen efectos secundarios. El paracetamol es el
analgésico más simple y seguro. También puede probar comprimidos
antiinflamatorios como ibuprofeno, en tanto no experimente ninguna afección que
le impida tomar este tipo de medicamentos (como úlceras estomacales).