Nuevos estudios revelan que
el consumo de omega-3 y ALA mejora la recuperación tras sufrir un infarto.
Un nuevo estudio publicado
en el Journal of the American College of Cardiology encontró que el consumo
regular de alimentos ricos en ácido eicosapentaenoico omega-3 (EPA), que se
encuentra en alimentos marinos como pescados grasos, y el ácido alfa linolénico
(ALA), que se encuentra en alimentos vegetales como las nueces, se asoció
con mejores resultados en las personas que sufrieron un ataque cardíaco,
incluido un menor riesgo de muerte. Además, el consumo de ALA y EPA
proporcionó el mayor beneficio, lo que sugiere un efecto sinérgico y
cualidades protectoras únicas cuando se consumen ambos tipos de omega-3. El
estudio observacional incluyó a 944 participantes que experimentaron un ataque
cardíaco muy grave en el que una de las arterias principales del corazón fue
bloqueada. Los médicos se refieren a esto como un infarto de miocardio con
elevación del segmento ST (IAMCEST), pero los pacientes pueden estar más
familiarizados con el término ataque cardíaco “causante de viudas”. Laenfermedad cardíaca es la principal causa de muerte en los Estados Unidos y
varios países del mundo. En ese país, cada 40 segundos alguien experimenta un
ataque cardíaco. De los mayores de 45 años, el 36 % de los hombres y el 47 % de
las mujeres que han experimentado un ataque cardíaco morirán a causa de un
segundo ataque cardíaco, si éste ocurre dentro de los cinco años posteriores al
primero. El Dr. Aleix Sala-Vila, Investigador Asociado del IMIM (Instituto de
Investigaciones Médicas del Hospital del Mar) y del Centro de Investigación Cerebral
Barcelonaβeta, y uno de los autores del trabajo, explica que “los infartos
siguen siendo muy frecuentes, y aparte de los tratamientos para mantener al
paciente vivos, los investigadores han estado explorando enfoques para asegurar
la calidad de vida después del ataque mismo”. Lo que es novedoso en esta
investigación “es que muestra que ALA y EPA parecen ser socios para mejorar
los resultados a largo plazo de quienes padecen un ataque cardíaco. El
consumo de omega-3 tanto de origen marino como vegetal, de alimentos como el salmón,
las nueces y la linaza, parece ofrecer la mayor protección”.
Más ALA, más seguridad ante los infartos
A la población de este
estudio, cuya edad media era de 61 años y estaba compuesto por un 78 % de
hombres, se le extrajo sangre durante el ingreso hospitalario. Luego, los
investigadores determinaron el nivel de omega-3 en la sangre, una forma confiable
de establecer la ingesta de omega- 3 durante las semanas previas al ataque
cardíaco. A continuación, exploraron si aquellos con niveles más altos
de omega-3 en sangre en el momento del ataque cardíaco tenían un menor riesgo
de sufrir complicaciones durante un período de seguimiento de tres años.
Específicamente, los investigadores encontraron que aquellos que mostraban niveles
más altos de ALA en sangre tenían un menor riesgo de mortalidad por todas las
causas durante tres años. Además, aquellos con niveles más altos de EPA tenían
un menor riesgo de muerte o de necesitar un reingreso hospitalario por razones
cardiovasculares. Las nueces han sido reconocidas durante mucho tiempo comoun alimento saludable para el corazón, evidencia respaldada por más de 30 años
de investigación que muestran resultados positivos relacionados con la salud
cardiovascular, como el colesterol, la presión arterial, la inflamación, la
función endotelial y la formación de placa obstructora en los vasos sanguíneos.
Las nueces también son las únicas, en este tipo de frutos secos, al ser una
excelente fuente de omega-3 ALA, ya que proporcionan 2,5 gramos por onza
(equivalente a 28,3 gramos). Si bien estos resultados son alentadores, no
prueban necesariamente causa y efecto. Se necesita investigación adicional para
determinar si la ingesta de EPA y ALA contribuyó específicamente a los
resultados, o si otros factores como el nivel socioeconómico, la educación y
los tratamientos farmacológicos también tuvieron un efecto. Es importante destacar
que el ácido docosahexaenoico (DHA, otro omega-3 proporcionado por los pescados
grasos) no formó parte de este estudio.