Aprenda los síntomas, las causas y el tratamiento del
infarto, y esté preparado para reconocerlo y reaccionar si sufre uno.
Qué es un infarto
Hoy en día muchas más personas sobreviven a un ataque al
corazón que en el pasado, gracias a factores cruciales como tratamientos
médicos más efectivos. Los ataques cardíacos ocurren cuando el suministro
de sangre al corazón se bloquea de manera súbita, a menudo en personas con
ateroesclerosis. Son más comunes en personas mayores, y los hombres tienen
más riesgo que las mujeres, aunque la brecha entre los géneros se acorta con la
edad.
Síntomas del infarto
Un dolor fuerte con opresión en el centro del pecho
es el síntoma más conocido. Pero puede experimentarse algo muy diferente: dolor
en la parte posterior del hombro, leve incomodidad en el pecho o el estómago
(como indigestión), acompañada de falta de aire, mareo, dolor en la mandíbula
y el brazo, náuseas, sudor y, en especial, ansiedad.
Cómo obtener ayuda
Es crucial llamar a los servicios de emergencia de
inmediato si creemos que alguien está teniendo un ataque al corazón. “Es la
única opción cuando una persona tiene un ataque cardíaco, porque en el momento en
que una arteria se bloquea, que es la causa del ataque al corazón, las
células del músculo cardíaco empiezan a morir”, dice el profesor
Peter Weissberg, director médico de la Fundación Británica
del Corazón. Cuanto más tiempo lleve destapar la arteria, ya sea con
drogas suministradas camino al hospital, o con medicación o una operación una vez
que llegue allí, más músculo cardíaco muere y más permanente es el daño,
porque el corazón no se puede reparar a sí mismo. Además, una arteria
bloqueada puede perturbar los pulsos eléctricos normales que regulan los
latidos, y aumenta el riesgo de perturbaciones del ritmo que pueden
detener el corazón. Si esto ocurre y la ayuda médica llega a tiempo, puede
utilizarse un desfibrilador para aplicar un choque eléctrico en el pecho
y restaurar el ritmo normal, y así salvar la vida.
Tratamiento del infarto
El tratamiento inmediato para un ataque al corazón apunta a
restablecer la circulación hacia el músculo cardíaco. Pueden suministrarse
drogas anticoagulantes en la ambulancia o al llegar al hospital, o bien, como
en el caso de la angina, puede operarse (angioplastia coronaria) para
ensanchar la arteria bloqueada, a menudo con un pequeño tubo llamado estent que
se deja en el lugar para mantener el vaso sanguíneo abierto. A veces, no
es posible realizar una angioplastia y se necesita una cirugía de derivación
de la arteria coronaria (bypass) para reemplazar la arteria bloqueada
por un vaso sanguíneo tomado de otra parte del cuerpo.
Datos útiles
Si sabe que la persona no es alérgica a la
aspirina, dele una tableta de 300 mg para que la mastique mientras espera
la ambulancia. Esta medida puede salvarle la vida, ya que impide que un coágulo
empeore la situación.
Si alguien sufre un paro cardíaco y ha perdido el
conocimiento, sería posible salvarle la vida practicándole resucitación
cardiopulmonar (RCP). Se realizan compresiones en el centro del pecho de no
menos de 5 cm de profundidad a un ritmo mínimo de 100 por minuto, a fin de crear
una circulación artificial bombeando sangre al corazón en forma
manual.
Un problema de la resucitación es lograr el ritmo adecuado. Hacer las compresiones al ritmo de Staying Alive de los
Bee Gees puede ayudar. Casualmente, la canción tiene la cantidad correcta de
pulsos (103) por minuto necesarios para crear una circulación artificial. Los
ensayos realizados por estudiantes de medicina de la Universidad de Illinois,
que practicaron la resucitación con muñecos, demostraron que la canción los
ayudaba a mantener constante el ritmo de las compresiones. Por otra parte, un
estudio de la revista de medicina Lancet encontró que los pacientes tenían un
22% más probabilidades de sobrevivir si se les hacía solo la compresión
manual (sin respiración boca a boca).