No se trata de una cuestión estética: la fuerza muscular es
fundamental para mantenernos activos y ágiles durante toda la vida.
La fuerza muscular, que disminuye con la edad,
necesita ser mantenida si se quiere seguir siendo autónomo el mayor tiempo
posible. Además de fortificar la masa ósea y de reducir el riesgo de
diabetes o de enfermedad cardiovascular, la práctica de ejercicios de
fuerza muscular es un excelente medio para preservar las funciones
cognitivas de su cerebro para que conserve al máximo sus capacidades.
Los ejercicios de fuerza estimulan el metabolismo
La fuerza muscular es la capacidad de los músculos para
ejercer una fuerza contra una resistencia. Los ejercicios que recurren a
la fuerza muscular producen esfuerzos importantes que generan una hiperpresión
en el sistema sanguíneo, sobre todo a nivel del cerebro. Estimulan el
metabolismo y la capacidad del organismo para quemar calorías, mejoran las
capacidades físicas y aumentan el tono muscular. Desde un punto de vista neurológico,
la orden de contracción es dada primeramente por el cerebro, más precisamente
en el lóbulo frontal, punto de partida del sistema motor (coordinación muscular
y control de los movimientos de la cabeza y del cuello). Esa orden es
encaminada enseguida desde las neuronas motoras hasta los músculos, bajo la
forma de señales eléctricas. Existen dos tipos de neuronas motoras: las
neuronas motoras centrales, que van del cerebro a la médula espinal; y las
neuronas motoras periféricas que unen la médula espinal con los músculos. Nuestra
fuerza muscular depende del estado de nuestros músculos. Ahora bien, a
partir de los 65 años ésta disminuye en promedio 2% por año. Trabajar la fuerza
muscular previene también la pérdida de masa muscular debida al envejecimiento.
Y esto no es todo: usted adoptará una mejor postura y consolidará su masa
ósea, luchando así contra enfermedades como la osteoporosis.
Los ejercicios de fuerza tonifican el cerebro
Asociar actividades de resistencia y ejercicios de
refuerzo (flexiones, abdominales...) intensifica su eficacia y su acción
benéfica sobre el cerebro. Los estudios científicos sobre los ejercicios de
fuerza muscular muestran que una práctica regular mejora la autoestima y la
moral, mientras que la ansiedad y la frecuencia de la depresión disminuyen
entre los individuos predispuestos. Además, este tipo de actividades preserva
las neuronas, sobre todo aquellas ligadas a las funciones cognitivas
(adquisición de nuevos conocimientos, memoria, etc); y tienen también un efecto
neuroprotector contra el mal de Alzheimer. Para un efecto óptimo, los
ejercicios de fuerza deben ser realizados 2 veces por semana, bajo la forma de
ejercicios que utilizan los principales grupos musculares, de 8 a 12
repeticiones de cada uno de los movimientos. Tonificando sus músculos,
conservará durante más tiempo su autonomía funcional y estará menos expuesto a
las caídas.