¿Nos creería si le decimos que el consumo de café va de la
mano con menos grasa corporal en el organismo?
Es curioso pensar que el café es un “invento” moderno.
Ningún poeta romano, emperador chino, guerrero azteca o santo medieval probó
una taza del brebaje energético en su vida. Entre sus bondades estuvo
desterrar, al menos en la Europa del Norte, el uso de la cerveza como la bebida
del despertar y, algo después, el chocolate con carne vacuna como desayuno en
Sudamérica.
Efectos del café en la salud
A nivel salud, desde su arribo desde Etiopía y el mundo
árabe, alternativamente, ha sido alabado y denostado. Actualmente, pasamos por
un momento de celebración. Un nuevo dato ha venido a fortalecer este enfoque: un
estudio publicado en The Journal of Nutrition, descubrió que las mujeres que
beben de dos o tres tazas de café al día tienen menos grasa corporal y
abdominal total que las que beben menos. ¡Qué maravilla! Los investigadores
examinaron los datos de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición,
organizada por el Centro para el Control de Enfermedades (CDC, según su siglas
en inglés) en los Estados Unidos, y analizaron la relación entre las tazas
de café que se beben por día, así como el porcentaje de grasa corporal totalcomo la del abdomen o ‘tronco’ (adiposidad). Descubrieron que las mujeres
de 20 a 44 años que bebían dos o tres tazas de café por día, mostraban los
niveles más bajos de adiposidad: 3,4% menos que las personas que no consumían
café. Entre las mujeres entre 45 y 69 años, las que bebieron cuatro o más tazas
tuvieron un porcentaje de adiposidad 4,1% menor.
¿El descafeinado también sirve?
En general, el porcentaje promedio de grasa corporal
total fue 2,8% menor entre las mujeres de todas las edades que tomaron dos o
tres tazas de café por día. Los resultados fueron consistentes, sin
importar si el café consumido contenía cafeína o era descafeinado, al igual que
entre los fumadores/no fumadores y aquellos que padecían enfermedades crónicas,
en comparación con aquellos con buena salud. En los hombres, la relación fue
menos significativa, aunque los hombres de 20 a 44 años que bebían dos o tres
tazas por día tenían un 1,3% menos de grasa total y un 1,8% menos de grasa en
el tronco, en comparación con aquellos que no consumían café. El Dr. Lee Smith,
profesor de Salud Pública de la Universidad Anglia Ruskin y autor principal del
estudio, dice sobre lo descubierto: “Nuestra investigación sugiere que puede
haber compuestos bioactivos en el café, además de la cafeína, que regulan el peso y que podrían usarse como compuestos antiobesidad”. Y agrega: “El
café, o sus ingredientes efectivos, podrían integrarse en una estrategia de
dieta saludable para reducir la carga de afecciones crónicas relacionadas con
la epidemia de obesidad”, que vive el mundo occidental. De todas formas,
indica: “Es importante interpretar los resultados de este estudio a la luz de
sus limitaciones: el estudio se realizó en un momento específico, por lo que no
se pueden establecer tendencias. Sin embargo, no creemos que el peso de alguien
pueda influir en su consumo de café”. Esto es, que ocurriera al revés: que el
cuerpo de la gente con más grasa tuviera un mecanismo que los hiciera tomar
menos café.