Por algo la comida entra por los ojos: al incluir alimentos
de colores variados, incorporamos diversidad de nutrientes.
Nada de platos monocromos Las personas que llevan una
dieta que incluye al menos la mitad de una porción por día de alimentos ricos
en flavonoides, como frutillas, naranjas, pimientos y manzanas pueden tener un
20 % menos de riesgo de deterioro cognitivo.
Esa información se desprende de un estudio de la Universidad
de Harvard (Estados Unidos). Los flavonoides son compuestos naturales que se
encuentran en plantas, y se consideran poderosos antioxidantes.
Están asociados a los colores fuertes en frutas y verduras. Se cree que tener muy pocos antioxidantes puede desempeñar un
papel en el deterioro cognitivo a medida que se envejece”, dice el autor de un
estudio, Walter Willett. Y agrega que “nuestros resultados son emocionantes,
porque muestran que hacer cambios simples en la dieta podría ayudar a
prevenir el deterioro cognitivo”.
Una receta colorida
Blanquear 500 g de juliana de zanahorias sobre 200 ml
de caldo de verduras durante cinco minutos.
Cortar 400 g de papas al natural (mejor compradas el día
anterior) en rodajas y colocarlas en un recipiente para el horno.
Esparcir la juliana y cubrirla con 300 g de salmón ahumado.
Untarlo con 200 g de queso untable, una cucharada de
condimento de rábano picante o wasabi y dos cucharadas de pan rallado.
Gratinar en el horno precalentado a 220 °C (rejilla del
medio) por 15 minutos.