Conozca todos los beneficios de este vegetal, que no solo
atrae por su forma, sino por su delicioso sabor.
Qué nutrientes contiene el alcaucil
Cinarina
Es un ácido orgánico presente en los alcauciles que
estimula los receptores de lo dulce en las papilas de algunas personas,
haciendo que lo que comen después les resulte más dulce. Este fitonutriente
también puede ofrecer protección antioxidante contra toxinas carcinogénicas
y ambientales, como contaminación y humo. La cinarina también puede tener
un efecto benéfico en el hígado al ayudar a promover el flujo de bilis (que
ayuda a eliminar del cuerpo sustancias tóxicas) y al evitar la acumulación de
grasa en el hígado.
Folato
Además de prevenir ciertos defectos congénitos, esta
vitamina B (también llamada ácido fólico) puede ayudar a disminuir el riesgo
de cardiopatía al reducir niveles de homocisteína, aminoácido relacionado
con la aterosclerosis. También ayuda a prevenir el cáncer, ya que bajos
niveles de folato pueden ser dañinos para el ADN. (Un alcaucil aporta 110 mcg,
un 28 por ciento del Valor Diario recomendado).
Luteolina
Con potencial para evitar oxidación del colesterol LBD
(“malo”), este flavonoide puede reducir el riesgo de cardiopatía.
Estudios preliminares indican que también podría bloquear la liberación de
histaminas, lo que puede causar congestión e inflamación.
Cómo optimizar los beneficios del alcaucil
Aunque los “corazones” de alcaucil congelados y enlatados
son más prácticos, es aconsejable cocinar y comer este vegetal fresco y
entero para obtener los fitonutrientes de sus hojas. Para aprovechar al
máximo el folato, soluble en agua, prepárelos al vapor.
Ideas para incorporar alcauciles en su alimentación
Al preparar al vapor los alcauciles enteros, añada al
agua una mezcla de hierbas aromáticas, como romero, estragón y tomillo.
Esto brindará a los alcauciles un sutil sabor a hierbas finas.
En vez de remojar las hojas de alcaucil en manteca, pruebe
esto: haga un puré con ajos asados al horno, pimienta negra, tofu suave y jugo
de limón.
Prepare una salsa para verduras crudas: haga un puré
con alcauciles enlatados (enjuagados y sin líquido), ajo, mayonesa light y
yogur natural.
Los alcauciles pueden hacerse al vapor o cocerse, y comerse
enteros con un chorrito de jugo de limón y aceite de oliva extra virgen.
Hágalos en salsa: prepare al vapor los alcauciles enteros,
luego pique en trozos la parte blanda de las hojas y el corazón. Revuelva con
aceite de oliva y vinagre y use en sándwiches o pescado.