Hay voces a favor y en contra de los suplementos vitamínicos. Descubra cuáles son sus beneficios y desventajas, y cuándo se aconseja tomarlos.

Por lo general, es posible (y preferible) consumir todos los nutrientes necesarios para una dieta balanceada, aunque a veces, con la edad, la empresa se dificulta porque el organismo se vuelve menos eficiente para absorber las vitaminas y los minerales. Por un lado, el cuerpo ya no necesita consumir tantas calorías (por eso es importante asegurarse de que las que se consuman aporten energía) y, por otro, las enfermedades, medicamentos e intervenciones quirúrgicas pueden disminuir las reservas corporales de nutrientes e impedir su absorción, cuando el organismo los necesita. Existen cuatro suplementos dietarios que debemos considerar a medida que crecemos.

1. CALCIO

Los médicos suelen recetarle a la gente mayor suplementos de calcio (en general, combinados con vitamina D, pues contribuye a la absorción) para prevenir la osteoporosis, es decir, el debilitamiento de los huesos. Es aconsejable tomar suplementos que contengan magnesio porque para alcanzar una salud ósea óptima hay que equilibrar los dos minerales.

2. VITAMINA D

Este nutriente aumenta la fuerza muscular y equilibra sus funciones (según una investigación suiza, los suplementos de vitamina D reducen las caídas de los ancianos en un 20%). Otros estudios sugieren que previene distintos tipos de cáncer, esclerosis múltiple y el mal de Parkinson. La vitamina D se obtiene por la exposición a la luz solar: a medida que envejecemos, la piel disminuye su capacidad de sintetizarla, por lo que conviene consumir alimentos ricos en este nutriente, como los pescados grasos, o tomar suplementos. Su absorción se optimiza mediante dietas ricas en ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva, y no tanto en poliinsaturados.

3. OMEGA-3

Si usted no es muy propenso a comer pescados grasos, opte por suplementos de aceites de pescado o de ácidos grasos omega-3, pues son esenciales para la salud del corazón y del cerebro. Los suplementos de aceite de hígado de bacalao son fuentes ricas en omega-3, pero contienen vitamina A, por lo que no debería tomarlos junto con otros suplementos en los que también esté presente.

4. PROBIÓTICOS

Los suplementos probióticos mejoran la salud gastrointestinal porque mantienen los niveles de bacterias “buenas” en los intestinos (lo que también previene la aparición de candidiasis). Son muy aconsejables después de haber tomado antibióticos, que eliminan también las bacterias “buenas” del organismo.

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