La lucha por el cuidado del medioambiente ha llevado a las
personas a optar por la alimentación vegana.
La búsqueda de una vida más consciente con el medio
ambiente ha llevado a miles de personas a generar distintos cambios en sus
hábitos diarios, entre ellos, el cómo alimentarse. Según cifras oficiales,
la industria ganadera es responsable del 18 % de las emisiones de gases contaminantes
a nivel mundial y ello, entre otras razones, ha motivado a muchos a adoptar una
dieta vegana. Lo primero es definir qué entendemos por veganismo, pues
se trata de un concepto mucho más amplio que las opciones alimentarias. Según
la Vegan Society “es una filosofía y una forma de vida que busca excluir, en
la medida de lo posible y practicable, todas las formas de explotación y
crueldad hacia los animales para alimento, vestimenta o cualquier otro
propósito, y por extensión, promueve el desarrollo y uso de alternativas libres
de animales en beneficio de los animales, los seres humanos y el medio
ambiente”. Y si nos circunscribimos a lo estrictamente dietético, un vegano
tiene patrones de alimentación que excluyen todo aquello de origen animal, es decir,
carnes, lácteos, huevos e, incluso, miel. Si bien hasta hace algunos años
se trataba de una elección de nicho, hoy por hoy es una decisión cada vez más
masiva. No existen muchos datos concretos al respecto, sin embargo, de acuerdo
a la citada entidad, solo en Gran Bretaña el número de veganos se cuadriplicó
entre 2014 y 2019. Sin duda, es un fenómeno que se dio en el extranjero antes
que en nuestro país. Sin embargo, a nivel nacional la tendencia es la misma,
especialmente ahora, que nos hemos concientizado más respecto a la crisis
medioambiental que estamos viviendo. La producción de alimentos de origen
animal utiliza mucha más agua que las alternativas vegetales y también su
huella de carbono es mayor. Por ejemplo, en la emisión de gases a la atmósfera.
Por eso, justamente, cada vez vemos más referentes que difunden preparaciones y
recetas, apartados especiales en las cartas de restaurantes y cientos de
lugares que se distinguen por entregar solo este tipo de preparaciones.
Claves de la alimentación vegana
Dicho lo anterior, y enfocándonos solo en la alimentación,
¿qué recomendaciones principales debe considerar quien decida apostar por una
dieta vegana? Lo primero es entender que se trata de un proceso. No es
algo que se decida de un día para otro, no es despertarse y ser vegano. Es muy
posible que, en esa evolución, existan días en los que sí se coman carnes, o
comiencen excluyendo algunos alimentos y, después, otros. Eso es normal. Lo
segundo, y muy importante, es asesorarse con un experto en nutrición que
oriente con alternativas de alimentación vegana, pues eso favorece mucho la
adherencia y resguarda el correcto balance nutricional. Prescindir de ciertos
alimentos implica eliminar algunos nutrientes que antes se estaba aportando al
cuerpo y que ahora se deben suplir. Por ejemplo, si sacamos las carnes, grandes
aportadoras de hierro, es posible que se genere una carencia, como la anemia, y
debe evaluarse cómo aportar hierro, favorecer su absorción y así evitar
déficits. Algo similar ocurre con la vitamina B12 y el DHA, entre otros, por
eso es crucial recorrer el camino del veganismo junto a un profesional. En este
punto, es clave enfatizar que cada caso es único, porque no todos se definirán
por un mismo modelo alimentario. Sin embargo, en términos generales, hay
ciertos lineamientos por considerar: aumentar el consumo de proteínas a
través de opciones como el tofu, seitán, proteína de soya, legumbres, entre
otras. En el caso del DHA, que es un nutriente que encontramos en alimentos
de origen marino, es favorable incluirlo a través de algas, semillas o
suplementación. Son solo algunos ejemplos que nos muestran la relevancia de
contar con un nutricionista especializado, pues todo se debe indicar
analizando el caso puntual y realizando exámenes para medir el estado de estos
nutrientes. Así, con más o menos adeptos, la alimentación vegana tiene
ciertas ventajas innegables. La primera, ya la hemos mencionado, es su menor
huella ecológica respecto a la dieta omnívora, con las implicancias ambientales
que eso conlleva (pero, si se ingiere una mayoría de vegetales traídos de
países lejanos, por ejemplo, esa huella aumenta). También hay otros efectos
relacionados directamente con la salud cardiovascular, cuyas patologías
asociadas son, hoy por hoy, una de las primeras causas de muerte en el país. En
este sentido, debemos ser responsables y derribar mitos. Antiguamente se decía
“que si una persona era vegana, tendría muchos déficits de nutrientes y
enfermedades asociadas”. Hoy, la evidencia científica nos ha indicado que
eso puede evitarse con una correcta planificación y supervisión por un experto
en el área. En definitiva, en este mes donde se conmemora el Día Mundial
del Veganismo, el llamado es a entender su alcance general e implicancias.
Todas las opciones son válidas si responden a nuestro propósito o intereses, lo
importante es asumirlas con el debido cuidado y responsabilidad, garantizando
una vida en armonía, no solo con el entorno sino con nuestro propio
cuerpo.