Estas técnicas pueden aplicarse día a día para mejorar la
atención.
Todos nosotros nos distraemos y perdemos la concentración
de vez en cuando. Si esto le sucede seguido, acostúmbrese a usar estas
estrategias para ayudar a compensar esa falta.
1. Tome notas.
Escribir lo obliga a prestar atención y también ayuda a
trasladar la información desde la memoria de corto plazo hasta la memoria de
largo plazo. Y, por supuesto, le permite llevar un buen registro por si lo
necesita más adelante.
2. Lleve un grabador de bolsillo.
Hace años que los intercesores de los pacientes aconsejan
llevar un pequeño grabador de casete o digital cuando van al médico. Cuando las
personas están nerviosas o bajo estrés, quizá no recuerden con precisión o en
su totalidad lo que les dijeron en el consultorio. La misma estrategia puede
ayudarlo en la vida cotidiana. Si lleva un grabador o usa esa función de su
teléfono móvil, puede usar la activación de voz para registrar conversaciones
importantes o, incluso, memos personales para usted mismo. Luego podrá
repasar la grabación cada vez que quiera.
3. Invierta en un par de auriculares reductores de ruido.
A diferencia de los tapones, estos aparatos reducen o
eliminan el sonido del ambiente, y apenas amortiguan los sonidos distintivos.
Por ejemplo, si se los pone en la oficina, eliminará el murmullo de las
máquinas y el parloteo de fondo, mientras que podrá oír a alguien que le hable
o la campanilla del teléfono cuando suene.
4. Controle las distracciones sensoriales.
Maneje las distracciones controlables a su alrededor: apague
la música, la televisión y la radio. Si tiene frío, póngase un suéter. Si tiene
hambre, coma. Si siente que el aire está enrarecido, abra una ventana. Cuanto
más cómodo esté, mejor podrá concentrarse.
5. Encuentre un rincón tranquilo.
Si no tiene control total del ruido, váyase a otro lugar.
Las bibliotecas suelen ser silenciosas o, al menos, más tranquilas.
6. Estimule la concentración con cafeína.
Investigadores de la Universidad de Arizona en Tucson
descubrieron que las personas mayores de 65 años que sentían que su
capacidad de atención era mejor en la mañana (en oposición a los “búhos
nocturnos”, que se concentran mejor tarde a la noche) podían mejorar su
concentración tomando un poco más de un cuarto litro de café. El café
descafeinado no funcionó. Este truco sirve sólo si usted ya es bebedor de café.
De lo contrario, los efectos secundarios de la cafeína —ese nerviosismo— solo
perturbarán su atención.