Con estas tres reglas, reducirá las posibilidades de padecer
deterioro cognitivo y mantendrá su cerebro saludable por más tiempo.
Regla N.º1 VASOS SANGUÍNEOS saludables
Muchas personas diagnosticadas con Alzheimer también tienen
una afección llamada “demencia vascular”. Esta es la segunda forma de
demencia más común, que causa problemas de memoria y pensamiento cuando
los vasos sanguíneos del cerebro no pueden proporcionar suficiente sangre
oxigenada a las neuronas. Esto puede ocurrir cuando los vasos se han
angostado por la aterosclerosis, contienen filtraciones que dañan el
tejido cerebral circundante o han sido dañados por un derrame cerebral.
En la actualidad, los expertos saben más sobre cómo prevenir la demencia
vascular que acerca del Alzheimer. Usted puede tomar medidas para mantener
los vasos sanguíneos cerebrales más saludables, como perder peso, hacer
ejercicio con regularidad y comer más frutas y verduras para ayudar a
conservar la presión arterial baja. Los vasos sanguíneos saludables contribuyen
a protegerlo incluso si desarrolla signos de Alzheimer. Según algunos estudios,
parecen ser la razón de que las personas cuyos cerebros contienen los
característicos nudos neurofibrilares (trozos de proteínas retorcidas dentro de
las neuronas) y placas (grupos de células muertas y a punto de morir) del
Alzheimer manifiesten pérdida de memoria, confusión y problemas de
comportamiento. Por otro lado, en una investigación de la Universidad Johns
Hopkins, las personas con Alzheimer que padecían la enfermedad cardiovascular
más grave (presión arterial alta, latidos cardíacos irregulares y/o dolor de
pecho) notaron que sus recuerdos y habilidades de pensamiento disminuían
con mucha rapidez.
Regla N.º2 Una reserva cognitiva
Si tener vasos
sanguíneos saludables puede contribuir a protegerlo de desarrollar demencia, un
cerebro con neuronas saludables y conectadas entre ellas puede
ayudarlo a protegerse de los problemas cognitivos si es que el cerebro
desarrolla signos del Alzheimer. Cuando los científicos de la Universidad
Rush observaron los cerebros de 91 personas que supuestamente no padecían
demencia, 37 de ellas tenían placas y nudos suficientes para catalogarlos como
pacientes con Alzheimer, aunque no mostraban aún problemas importantes en
relación con la memoria y el pensamiento. “Cuando uno tiene mucha reserva
cognitiva, puede mantener más capacidades cognitivas incluso con Alzheimer al
acecho”, señala el doctor Powers. “Uno construye y mantiene la reserva
cognitiva al desafiar al cerebro, además de mantener saludables los vasos
sanguíneos y el cerebro para que crezcan nuevas células”. El ejercicio
y la reducción del estrés ayudan a regenerar las neuronas y los desafíos
mentales generan nuevas conexiones.
Regla N.º3 Prevención activa
Tal vez, haya estado pensando: “¿Y si el Alzheimer es
hereditario?”. Es cierto que este mal es, en parte, genético. Pero, una vez
más, eso no es todo. La genética es un factor decisivo en el Alzheimer
de inicio prematuro, un tipo poco común que se desarrolla antes de los 65 años
y afecta de un 5% a un 10% de toda la población con Alzheimer. Suele ser
hereditario; si su padre o un abuelo desarrollaron Alzheimer temprano, usted
corre un riesgo más alto. La mayoría de aquellos con Alzheimer desarrollan el
tipo de inicio tardío que aparece después de los 65 años. Se ha identificado a dos
genes que incrementan el riesgo: una mutación llamada APOE4, presente en un
15% a un 20% de nosotros, y una mutación recientemente descubierta, llamada
SORL1. “Estos genes no son factores decisivos”, sostiene el doctor Powers.
“Heredar los genes APOE4 de un padre significa que uno podría desarrollar el
Alzheimer 8 años más temprano que alguien que no tiene estos genes. Heredarlo
de ambos padres podría implicar que el desarrollo se diera 16 años antes. Pero
no siempre funciona así. Hay personas que heredan una copia de cada padre y
nunca desarrollan Alzheimer, y quienes no lo heredan en absoluto y lo padecen”,
agrega. Si en su familia se da un Alzheimer de inicio tardío, debe considerarlo
como una llamada de alerta, pero no como su destino. El otro aspecto
también es cierto: si en su árbol genealógico no hay demencia, no está fuera de
peligro. Las mismas estrategias para un estilo de vida saludable reducen el
riesgo de las personas de ambos grupos.