Tener un sueño de calidad siempre es importante; aprenda
cómo lidiar con los contratiempos si es diabético.
La falta de sueño a largo plazo puede hacer más difícil
controlar la glucosa en sangre al reducir la sensibilidad del organismo a
la insulina, la hormona que transporta la glucosa fuera del torrente sanguíneo
hacia las células. También puede aumentar el riesgo de una larga lista de
problemas médicos a los que son propensos los diabéticos, incluyendo la obesidad, la presión arterial alta, los infartos y las apoplejías. Si no
se siente descansado al despertar por la mañana, póngase en acción. La
recompensa de un sueño profundo y maravilloso bien vale el esfuerzo.
Cómo dormir bien con diabetes
Acuéstese y levántese a la misma hora todos los días.
Al organismo le gustan los ciclos predecibles, así que regálele un horario
de sueño con el que pueda contar. Esto significa dormirse todas las
noches a la misma hora y despertarse todas las mañanas a la misma hora, incluso
los fines de semana. Se quedará dormido con mayor rapidez y es más probable que
obtenga la cantidad adecuada de sueño cada noche.
Si quiere dormir hasta tarde, haga una prueba rápida.
Controlar la glucosa sanguínea y dormir hasta tarde en su día de descanso puede
parecer algo totalmente incompatible para las personas que usan insulina. Sin embargo,
con un poco de esfuerzo es posible hacer ambas cosas (recuerde, duerma hasta
tarde los fines de semana sólo si no sufre de insomnio).
Una noche antes del día de “despertarse tarde”, ponga la
alarma a una hora relativamente temprano, como las 6 a.m. Cuando suene,
revise el azúcar en su sangre. Si está alta, consulte al médico sobre tomar
dos unidades de insulina de acción rápida. Si está normal, tome una o dos
unidades de insulina regular. Si está baja, beba un vaso de jugo o leche.
Después, regrese a la cama y cierre los ojos unas horas más, con la seguridad
de que su insulina está bajo control.
Duerma al menos ocho horas cada noche. Los expertos
creen que el sueño deficiente afecta el control de la glucosa en la sangre.
Investigadores de la Universidad de Chicago estudiaron a 161 personas
con diabetes tipo 2. Sólo 6 por ciento de los pacientes dormían al menos ocho horas,
y 70 por ciento de ellos dijeron tener rutinariamente un sueño de mala
calidad. La falta de sueño o el sueño de mala calidad se asoció con mayores
niveles de A1C, un análisis de los niveles de glucosa en la sangre a largo
plazo.
“Sabemos desde hace tiempo que dormir
poco puede afectar la tolerancia a la glucosa en gente saludable”, dijo la
investigadora Kristen Knutson. “Ahora hay evidencia que conecta la privación
crónica parcial de sueño con una reducción del control de la glucosa en
diabéticos”.