Esta enfermedad crónica que afecta a millones de personas
puede tratarse y, así, mejorar la calidad de vida de los pacientes.
La psoriasis es una enfermedad que afecta a 125 millones de
personas alrededor del mundo, de acuerdo con la Federación Internacional de
Asociaciones de Psoriasis1 (IFPA, por sus siglas en inglés). Conocida desde el
antiguo Egipto, durante muchos años se consideró sólo una enfermedad
"cosmética", para la cual no existía cura ni tratamientos aceptables
para disminuir la intensidad de las lesiones. Sin embargo, en los últimos
años ha existido una explosión de nuevas terapias que han ayudado a entender
mejor las causas de esta condición, su evolución y han devuelto la calidad de
vida a quienes la padecen. Generalmente, la psoriasis se asocia a la piel,
pero es una condición autoinmune que se expresa en este órgano y que también
deriva en serias consecuencias a nivel físico, emocional, social y económico.
Síntomas de la psoriasis
Los síntomas más comunes, que se presentan con mayor frecuencia en la piel de las rodillas, los codos, el cuero cabelludo o la parte superior del cuerpo, incluyen placas con escamas plateadas, agrietamiento, sangrado, pequeñas manchas rojas, lesiones gruesas e inflamadas. Asimismo, sensación de picazón o ardor, dolor general, uñas rotas o agrietadas, o uñas que se separan del lecho ungueal.
El impacto de la psoriasis
Las personas que
sufren esta enfermedad muchas veces llevan a cuestas una carga física, ya que
estas lesiones en la piel les generan dolor la mayor parte del tiempo,
experimentando picazón o ardor constantes, señala la Federación Internacional
de Asociaciones de Psoriasis. Como indica el Dr. Valenzuela, “la psoriasis
puede poner en peligro la vida de los pacientes debido a que los mediadores
inflamatorios que se producen en la piel viajan por el torrente sanguíneo y
linfático a todo el cuerpo y, como mucha piel está inflamada, la
concentración de estas moléculas inflamatorias es bien alta, llevando a un mal
funcionamiento de los riñones, el corazón, etc. Es por ello que padecer
psoriasis eleva el riesgo de desarrollar otras enfermedades como la presión alta, problemas intestinales, metabólicos y de salud mental y, estas otras
condiciones, pueden acortar su vida en dos o tres años”. El especialista de la
clínica Las Condes explica que “está demostrado cómo estas moléculas
inflamatorias provocan otras condiciones que engloban el síndrome metabólico
(hipertensión arterial, diabetes, alteraciones del colesterol), entre otras.
Incluso, algunos pacientes también experimentan alteraciones oculares y
renales. Esto es muy relevante, toda vez que las etapas iniciales de muchas de
estas patologías son asintomáticas, por lo que sólo la búsqueda activa a través
de la entrevista médica y posibles exámenes, según el caso, pueden detectar
anormalidades iniciales y, muchas de ellas, se pueden revertir”. Asimismo,
plantea que “las alteraciones articulares son muy frecuentes (una de cada
tres personas con psoriasis las pueden tener) y provocan dolor, aumento de
volumen y deformación articular en los pacientes. Puede ser una enfermedad
muy invalidante y se requiere un manejo precoz para evitar deformidades e
invalidez permanente”.
Efectos sociales de la psoriasis
Por otra parte, en cuanto al aspecto emocional, las
personas se pueden sentir discriminadas, rechazadas o ridiculizadas, así como
tristes, solas, heridas o enojadas. A su vez, esto resquebraja los lazos en
las relaciones con amigos, familiares y compañeros de trabajo o estudios porque
se sienten incomprendidas por los demás. En ese aspecto, el Dr. Valenzuela
afirma que “las personas pueden sentir vergüenza y aislarse. Especialmente
relevante en adolescentes que están desarrollando su personalidad, o cuando
la psoriasis compromete áreas visibles, o áreas especiales como manos y
genitales, los pacientes sienten la repulsión de su entorno, la vergüenza de
padecer esta enfermedad que es incomprendida, y esto los lleva a la
soledad, a tener problemas con el alcohol, el tabaco y, finalmente, ansiedad y
depresión”. Una enfermedad crónica Dadas las consecuencias de la psoriasis y,
para lograr su control exitoso, se debe acudir al dermatólogo al identificar
los síntomas, aunque sean placas o lesiones pequeñas. Es importante resaltar
que la psoriasis requiere acompañamiento durante toda la vida, al ser una
patología crónica como la diabetes o la hipertensión. Asimismo, si se
padecen molestias articulares, se debe acudir al reumatólogo debido al riesgo
de sufrir artritis psoriásica. En cuanto a los tratamientos disponibles, la
Asociación para la Psoriasis del Reino Unido indica que el abordaje de la
enfermedad generalmente comienza con tratamientos tópicos, pero también
existen terapias de luz ultravioleta y tratamientos sistémicos, que se van
planteando de acuerdo con el nivel de severidad de la enfermedad. Igualmente,
entre las opciones terapéuticas se encuentran los medicamentos biológicos,
diseñados específicamente para imitar los productos químicos que se encuentran
naturalmente en el cuerpo humano. Por su parte, la Academia Americana de
Dermatología señala que estos remedios “pueden atacar, o silenciar, solo la
parte del sistema inmune que está hiperactiva debido a la psoriasis, lo que
significa, entre otros beneficios, que tienen menos riesgo de causar problemas
con el hígado, los riñones y otros órganos, en comparación a otros medicamentos
para la psoriasis”.
Fármacos biológicos contra la psoriasis
Específicamente, los productos biológicos pueden estar
compuestos de azúcares, proteínas o ácidos nucleicos o combinaciones complejas de
estas sustancias, o también pueden ser entidades vivas como células y
tejidos. Se aíslan de una variedad de fuentes naturales (humanos, animales o
microorganismos), y pueden producirse mediante métodos biotecnológicos y otras
tecnologías de vanguardia, usándose para tratar una variedad de afecciones
médicas para las que no hay otros tratamientos disponibles, como es el caso de
la psoriasis moderada a severa, la artritis psoriásica o ambas. Como plantea el
especialista en dermatología, “los tratamientos para la psoriasis son
múltiples, los cuales deben ser indicados y seguidos por su médico tratante.
Muchos pacientes requieren solo medidas generales y terapia en cremas; otros,
requieren terapias orales o fototerapia, mientras que algunos requieren terapias
biológicas. Se pueden combinar terapias para lograr el mayor beneficio
terapéutico. A pesar de que no podemos curar la enfermedad, estos tratamientos
minimizan los síntomas, las lesiones de piel y algunos, además, ayudan con las
enfermedades asociadas. Es importante recordar que estos tratamientos no
sanan la enfermedad, por lo que las estrategias de control de la enfermedad
deben ser planeadas a largo plazo”. Igualmente, el Dr. Valenzuela indica
que esta patología heredable y crónica “puede ser manejada, por lo que los
pacientes deben solicitar control y seguimiento médico. Pero es tarea de la
comunidad también, el acogerlos e integrarlos durante su vida con el fin de
maximizar su calidad de vida.