¿Tiene que ver la alimentación
con el desarrollo de la enfermedad conocida como diabetes? La respuesta a esa y
otras preguntas, aquí.
La Diabetes Mellitus (DM), es
una enfermedad metabólica, crónica y de diversa etiología, caracterizada
por la elevación anormal de la glucosa en la sangre, debido a defectos en la
secreción y/o la acción de la insulina. Esta enfermedad se encuentra dentro
de las primeras causas de muerte a nivel mundial, según un informe
realizado por la Organización Mundial de la Salud en 2016 (OMS). A nivel
internacional, en 2017, según la Federación Internacional de Diabetes (IDF), aproximadamente
425 millones de personas tenían diabetes, y se estima una cifra de 629 millones
para el 2045.
Los cambios en el estilo de vida, fundamentales para combatir la diabetes
Es por esta razón que los cambios
en el estilo de vida son un aspecto fundamental, tanto en el control como en la
prevención de la enfermedad. Intervenciones dietarias, el manejo del peso
corporal, la realización de actividad física y la cesación del hábito defumar, son aspectos importantes en el cuidado de la salud de las personas que
padecen esta condición.
Con respecto a las
intervenciones dietarias, es de saber que las carnes rojas altas en grasa,
procesadas y no procesadas (tales como embutidos, vienesas y hamburguesas, por
ejemplo), los cereales refinados, las bebidas endulzadas con azúcar tienen un
efecto negativo en el control de la diabetes. Por el contrario, se ha
observado que las verduras, los lácteos bajos en grasa, los cereales
integrales, las legumbres y las frutas se asocian a un mejor control y, en consecuencia,
una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
¿Cuál es la dieta ideal para diabéticos?
Dado lo anterior, se
recomienda una dieta que incluya grasas de buena calidad, como las que
encontramos en la palta, los frutos secos naturales, el aceite de oliva y los
pescados, contribuyendo a la prevención de enfermedades cardiovasculares
debido al impacto positivo que tienen en el colesterol. Además de ello,
estudios demuestran que una dieta rica en fibra dietética contribuye en la mejora
del control glicémico disminuyendo el riesgo de mortalidad prematura. Esto
también se ha visto asociado al índice glicémico (IG), que categoriza a los alimentos
que contienen carbohidratos en relación con su capacidad de incrementar los
niveles de glicemia luego de ser ingeridos. El IG, es menor cuando los
carbohidratos son aportados principalmente por alimentos con su matriz
alimentaria intacta; es decir, aquellos menos procesados o no reconstituidos
después del procesamiento. Las frutas en estado natural, por ejemplo, son ricas
en fibra dietética y son capaces de disminuir la velocidad de absorción a nivel
intestinal, lo que repercute en una respuesta glicémica más baja, y esto es más
notorio en la fruta entera que en el puré de fruta o el jugo de esa misma
fruta. En definitiva, vemos con los años que los casos de diabetes siguen en
aumento, y con ello va cobrando importancia la pesquisa, la prevención y la
educación, además del trabajo multidisciplinario centrado en el paciente
diabético con escucha activa, educando, identificando barreras y reforzando de
forma continua la mejora en los hábitos de estilo de vida. Uno de los
principales factores a considerar es que el plan de alimentación debe ser
individualizado, aportando todos los nutrientes necesarios en cada etapa de la
vida. Para ello debe ser guiado por una nutricionista y de acuerdo con las
preferencias alimentarias de cada paciente, ya que, como se mencionó
anteriormente, una alimentación adecuada contribuye a un mejor control de
las glicemias, además de entregar beneficios protectores para la salud
cardiovascular de las personas que padecen diabetes, previniendo las
complicaciones propias de esta enfermedad. Una diabetes no controlada, es
decir, con un estado de hiperglucemia constante en el tiempo, daña nervios,
vasos sanguíneos, afectando órganos vitales como el corazón y el riñón. En
este sentido, la consejería y educación individualizada e intensiva, realizada por
un nutricionista capacitado y con experiencia en el manejo de pacientes
diabéticos, es de vital importancia para que el paciente consiga mejorar su
alimentación y lograr hábitos de vida saludable que sean perdurables en el
tiempo.