Una alimentación saludable que permita bajar los kilos en
exceso debe estar alineada con la actitud mental indicada.
Fuente: Salud a Diario
Lo que pensamos y sentimos se hace evidente a la hora de
hacer o dejar de hacer algo. Por lo general, las personas desconectadas de sus emociones y de su cuerpo buscan, de manera incesante, la fórmula mágica
para una dieta ideal, un peso ideal y -porque no decirlo- una vida ideal.
En esa búsqueda e ignorando síntomas de estrés, ansiedad u otras razones,
acuden a refugiarse en la comida. Inconsistencia Ignorar las señales sobre
nuestro estado interno, “esa retroalimentación” necesaria entre cuerpo y
mente, y someternos a dietas restrictivas, nos obliga a desconocer nuestra
propia naturaleza, centrándonos únicamente en cambios conductuales
autoimpuestos, dejando de poner atención en nuestros estados mentales, y de
considerar la necesidad de un cambio desde esa perspectiva. En esa travesía
personal, resistiendo el hambre y los antojos, el cuerpo se rebela frente
tanta inconsistencia y privación, sucumbiendo ante alimentos equivocados o
cantidades inapropiadas, lo que no hace más que perpetuar ese círculo vicioso,
con consecuencias negativas para nuestro bienestar físico y mental.
La actitud correcta ante el hambre
Definitivamente, dejar de resistir, para instalar una óptica
distinta, dejar atrás esa batalla constante entre nuestra mente que nos dice
“el cuerpo debe sufrir”, “no comas”, “come menos”, y nuestro cuerpo que alega
“quiero comida para renovarme y volver a esa sensación placentera y de
felicidad”. En esa pugna constante, rara vez la mente sale ganadora, si no tenemos
los recursos necesarios. Por esto es que resulta importante establecer una
relación diferente con los alimentos, dejando de verlos como simplemente un
aporte de calorías. Se trata de establecer una concepción distinta relacionada
con el poder que los alimentos desempeñan en nuestra salud y bienestar.
El vínculo con la comida
Debemos comenzar por instaurar un vínculo saludable o
racional con la comida, partiendo de la base de que el cambio se inicia porque
comprendo que tengo la capacidad para tomar decisiones, ¿pero cuál es la
diferencia, si siempre la he tenido, pero no he escogido bien o me rindo ante
los antojos? La diferencia está en que ahora poseo la convicción de que estoy
ante una nueva capacidad, basada en el cambio de perspectiva: ya no concibo
la comida como “enemiga”; por lo tanto, es en ese cambio mental donde está la
clave. Debemos hacer una revisión de todas aquellas variables que están
saboteando ese cambio, ejerciendo efectos negativos. Desde aquellas creencias
irracionales: ideas acerca del autocontrol, autoimagen; hasta los estados de
estrés, mala calidad del sueño y hábitos sedentarios, entre otros factores que
podemos modificar con una adecuada gestión emocional, resolviendo conflictos
internos que son muchas veces los generadores de estos desajustes a la hora de
vincularnos con la comida, y los responsables de los fracasos ante la gestión
de cambio. O bien, del pensar que todo se centra nada más que en la fuerza de
voluntad.
Consejos para tener una relación saludable con la comida
Por todo lo anterior:
• Establece una relación sana y racional con la comida
• Deja de resistir. Cuando renuncias a comer, en ese preciso
momento se convierte en una obsesión.
• Intenta no pensar en los antojos, lo único que conseguirás,
será colocarlos en el centro de tus pensamientos.
• Sigue prescripciones simples de estilo de vida, centradas
en tus intereses y actividades recreativas y/o físicas placenteras.
• Busca soluciones ante situaciones que te estén
provocando estrés o ansiedad.
• Procura un buen dormir para que mejore tu metabolismo.
Hierbas como alternativa
La medicina natural tiene varios factores que la hacen
una potente herramienta para abordar la solución desde un enfoque integral
“mente y cuerpo”, no solo aportando efectos positivos, sino ayudando a
revertir los efectos negativos. Uno de esos aliados es Antimonium crudum, que
ayuda a reducir la sensación de hambre voraz. Ideal si eres una persona que nopuede controlar el apetito. Ignatia está indicado para reducir la ansiedad, el
nerviosismo y esa sensación de hambre de origen emocional. Natrium Muriaticum
se recomienda cuando hay un exceso de grasa localizada. La terapéutica a base
de medicamentos naturales, aporta recursos que permiten resultados permanentes
y, por sobre todo, restablecen un equilibrio entre cuerpo sano y salud mental.