Si quiere cuidarse el corazón, no basta con hacer dietas
esporádicas. Estas deben ser duraderas.
Fuente: Salud a Diario
La nutrición tiene un papel fundamental en la salud del
corazón durante toda la vida. Una dieta saludable para el corazón y
comportamientos de estilo de vida saludables, como la actividad física regular,
y evitar la exposición a productos de tabaco, son claves desde la infancia
hasta la edad adulta para reducir el riesgo de desarrollar niveles elevados
de colesterol “malo”, presión arterial alta, obesidad y diabetes de tipo 2 y el
síndrome metabólico, cada uno de los cuales puede aumentar el riesgo de
enfermedad cardíaca. Antes y durante el embarazo, las mujeres que consumen
una dieta saludable para el corazón pueden reducir los factores de riesgo de enfermedad cardíaca, lo que puede ayudar a prevenir un aumento de peso no
saludable en sus hijos. La evidencia muestra que la prevención de la
obesidad infantil es clave para preservar y prolongar la salud del corazón a lo
largo de la vida. Más adelante en la vida, las personas que consumen una
dieta saludable para el corazón tienen disminuciones más lentas relacionadas
con la edad en la capacidad de pensamiento y la memoria. “Es importante educar
a los niños de todas las edades para que, a medida que pasen a la edad adulta,
puedan tomar decisiones informadas sobre lo que comen y sirven como modelos
positivos para las generaciones venideras”, asevera Lichtenstein.
Dieta que ayuda al medio ambiente
Por primera vez, el tema de la sostenibilidad se incluyó en
la guía dietética de la Asociación. Los productos de origen animal que se
consumen habitualmente, en particular las carnes rojas (vacuna, cordero, cerdo,
ternera, venado o cabra), tienen el mayor impacto ambiental en términos de uso
del agua y del suelo, y contribuyen significativamente a las emisiones de gases
de efecto invernadero. Por lo tanto, cambiar la dependencia de la carne a
las proteínas vegetales puede ayudar a mejorar la salud individual y el medio
ambiente. Sin embargo, señala el nuevo enfoque, no todas las dietas
sustentables son saludables para el corazón. Por ejemplo, si una dieta basada
en plantas incluye muchos carbohidratos refinados y azúcares agregados, aumenta
el riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas.
Desafíos sociales de las dietas
También por primera vez, en la nueva guía dietética, se
analizan los varios desafíos que pueden dificultar la adopción o el
mantenimiento de una dieta saludable para el corazón. Éstos incluyen:
• Información errónea generalizada sobre la alimentación
procedente de Internet;
• Falta de educación nutricional en las escuelas
primarias y las escuelas de medicina;
• Inseguridad alimentaria y nutricional;
• Racismo estructural y segregación de vecindarios, por el
cual muchas comunidades con una mayor proporción de diversidad racial y étnica
tienen pocas tiendas de comestibles, pero muchos establecimientos de comida
rápida.
• Comercialización de alimentos y bebidas no saludables
dirigidas a personas de diversos orígenes raciales y étnicos, a través de esfuerzos
publicitarios personalizados y patrocinio de eventos y organizaciones en esas
comunidades.
Se requieren acciones de salud pública y cambios en las
políticas para abordar estos desafíos y barreras, como afirma la
Asociación, porque “crear un entorno que promueva y apoye la adherencia a patrones dietéticos saludables para el corazón entre todas las personas es un
imperativo de salud pública”, concluye el nuevo enfoque.