Con días más
cortos y temperaturas más bajas, es importante no dejar de lado nutrientes
esenciales.
Fuente:
Cuerpomente.com
Los días cortos y
fríos invitan a cambiar el modo de comer. Pero para atender nuestras necesidades
nutricionales y anímicas, necesitamos una alimentación inteligente, tal
como explica este artículo publicado en Cuerpomente.com.
Consejos para comer en invierno
1. Atención a
las calorías. Con todo,
la ecuación calórica en invierno sigue siendo un tema de debate. Si bien la exposición
a bajas temperaturas pone en marcha mecanismos corporales que requieren energía,
los sistemas para protegernos del frío que existen en la actualidad hacen
que el gasto energético del cuerpo ligado a la termorregulación no experimente un
cambio sustancial en invierno.
Por lo tanto, hay
que intentar no ingerir más calorías de las necesarias. Es sabido que la grasa
actúa como un excelente aislante térmico. De ahí que las personas delgadas y
con poca cantidad de grasa debajo de la piel sean más friolentas; pero en
nuestros días, para una persona de peso normal, sería una estrategia
equivocada acumular grasa corporal como mecanismo protector.
Sin embargo, no
es fácil mantener el peso durante el invierno. Por un lado, se nos antojan
alimentos y platos con mayor densidad calórica. Y por otro, nos enfundamos en
ropas de abrigo que hacen que las líneas de nuestra figura no se vean
expuestas.
Si el aporte
calórico total no experimenta modificaciones sustanciales, tampoco lo hace el
porcentaje de los distintos nutrientes que deben cubrirlo. Por ello,
tampoco necesitan cambiarse de manera importante ni la cantidad ni el tipo de
hidratos de carbono, grasas y proteínas ingeridos.
2. Platos
reconfortantes: cómo cocinar en invierno. Si bien algunos de los ingredientes disponibles en
la cocina de invierno varían, los cambios más notables se suelen encontrar en
la forma de tratarlos, es decir, en su preparación. Por apetencia, y
también por tradición y costumbre, cuando hace frío nos gustan cosas diferentes
de las que nos gustan cuando aprieta el calor. En invierno, los platos calientes
sin dudas cobran protagonismo.
3. Caldos y
sopas calientes. Son muy reconfortantes
y ayudan a reponer líquido. Es recomendable prepararlos solo con vegetales,
pues de esta forma se evita la ingesta de grasas saturadas asociadas a las
preparaciones tradicionales. Cuantas más hortalizas y menos agua, más
nutrientes y un sabor más fuerte.
4. Purés. Se pueden preparar con todo tipo de hortalizas,
los límites los pone la imaginación. Si se agrega leche vegetal, además de
ganar cremosidad se logra un plus nutricional destacable, en particular de
proteínas y calcio, sin colesterol ni lactosa y con un agradable sabor.
5. Potajes,
guisos y estofados. Constituyen
platos altamente nutritivos, y a las diferentes hortalizas pueden añadirse
papas o legumbres. Es altamente recomendable el uso de aceite de oliva virgen
en su elaboración.
6. El horno como aliado. Papas, calabazas, cebollas, boniatos, membrillos o manzanas son algunos de los muchos candidatos a asar al horno. Esta forma de cocción permite obtener platos muy sabrosos y nutritivos. Al cocer los alimentos en sus propios jugos, los aromas y sabores quedan resaltados. Al no requerir grasas ni aceites adicionales, el aporte calórico de las preparaciones no aumenta. Tampoco se precisa agua para cocinarlos, por lo que las vitaminas se preservan casi intactas.
7. Incluir frutos secos (avellanas, nueces, almendras, etc.), molidos o en trozos, es otra buena idea: aportan sabor y variedad, y agregan todas las prestaciones nutricionales de estos alimentos. Los croutons son muy tradicionales; añaden también valor nutricional y brindan un toque de sabor y textura, lo que resulta a menudo especialmente atractivo para los niños.
Las altas temperaturas que se alcanzan con este tipo de cocción producen una rápida pérdida de humedad en el alimento, de modo que se forma una película que lo impermeabiliza y permite conservarmejor algunos nutrientes que se concentran en su interior, es la conclusión de este artículo publicado en el portal Cuerpomente.com. Otro punto a favor es que se trata de una manera fácil y limpia de cocinar, que no obliga a estar muy pendiente del proceso.