Además de ricos, los frutos secos y el maní son los
principales aliados en una alimentación para preservar la salud del corazón.
La manteca de maní
Si aún no está convencido sobre la pasta de maní,
reconsidérelo. Como sabe, es rica en proteínas. Y el sabor no puede ser un
problema: ya sea que la prefiera crujiente o suave, pocos alimentos pueden
superar el sabor y la textura agradable al paladar de la pasta de maní.
Las investigaciones muestran que su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados lo hace un alimento extremadamente
saludable. De hecho, en un importante estudio publicado en la revista
científica Journal of the American Medical Association (Publicación de la
Asociación Médica Estadounidense), los investigadores hallaron que las mujeres
que comían pasta de maní cinco veces a la semana reducían el riesgo de diabetes
tipo 2 en un 21 por ciento. Nadie sabe exactamente por qué, aunque algunos
estudios sugieren que las dietas ricas en grasas buenas vuelven más efectiva
la hormona insulina, lo que ayuda a mantener bajo control la glucosa y por
lo tanto reduce también el riesgo de cardiopatía. Comer pasta de maní
habitualmente también es saludable si ya tiene diabetes. Un estudio de 2009
descubrió que las mujeres con esta afección reducían el riesgo de ataques
cardíacos y accidentes cerebrovasculares casi a la mitad con apenas una
cucharada de pasta de maní (o 30 gramos de frutos secos) la mayoría de los
días de la semana. La mejor pasta de maní tiene la lista de ingredientes más corta:
maníes tostados y sal (aunque de hecho se puede reducir la lista aún más al
elegirla sin sal). La mayoría de las marcas convencionales contienen azúcar
agregado; una vez que se acostumbre a la pasta de maní natural, no volverá
atrás.
Frutos secos y semillas
Ya sabe que los frutos secos y las semillas son una gran
fuente de proteínas. Pues bien, si todos probáramos más almendras y
pistachos y saboreásemos suculentas castañas más a menudo, el número de ataques
cardíacos que ocurren cada año disminuiría considerablemente. Esa fue la
conclusión de un equipo de nutricionistas de Harvard, Penn State y otras
universidades destacadas que examinaron la impresionante y contundente
evidencia a favor de comer frutos secos para un corazón saludable. Un
estudio tras otro, los resultados fueron los mismos: comer frutos secos ayuda a
prevenir las enfermedades cardiovasculares. De hecho, los resultados combinados
de cuatro estudios extensos, que incluyeron a más de 170.000 hombres y mujeres,
muestran que comer frutos secos durante la mayoría o todos los días de la
semana disminuye el riesgo de ataque cardíaco en un increíble 35 por ciento.
¿Cuál es el secreto de las nueces? ¿Cómo puede el maní proteger el corazón?
Hasta ahora lo que queda claro es que comer frutos secos en vez de alimentos
menos saludables puede disminuir el colesterol total y el LDL malo en un
promedio del 12 y el 18 por ciento, respectivamente. Los frutos secos son una
de las mejores fuentes naturales de ácidos grasos monoinsaturados, y en
un menor grado, de grasas saturadas. Esas son buenas noticias para las grasas
en sangre, pero según explican los científicos, la historia no termina al
mejorar el colesterol. Los amantes de los frutos secos tienen un corazón tan
sano que tiene que haber algo más detrás de estos bocadillos crujientes que los
proteja contra las enfermedades cardiovasculares. Sin duda, los frutos secos
rebosan de nutrientes que parecen promover corazones fuertes. Para
mencionar algunos: vitamina E, un potente antioxidante; arginina, un
aminoácido que ayuda a la relajación de los vasos sanguíneos; y una serie
de micronutrientes, en especial uno que se ha llevado todas las miradas,
denominado resveratrol. Este último se ha ganado la reputación de un compuesto
antiedad en los últimos años, y si bien puede sonar exagerado, es difícil
ignorar la ciencia detrás del resveratrol. Los ratones de laboratorio
alimentados con resveratrol viven aproximadamente un 15 por ciento más que el
resto, incluso cuando aumentan exageradamente de peso al seguir una dieta
hipercalórica. Si bien parece que se necesitan altas dosis de resveratrol para
obtener beneficios en la salud, vale la pena destacar que el maní (que
técnicamente es una legumbre, no un fruto seco) es la principal fuente de esta
sustancia. El vino tinto concentra la mayor cantidad.