Inocuo pero molesto, el hipo a veces parece no terminar
nunca. Siga estos consejos y verá qué fácil es terminar con el hipo.
Con el hipo ocurre algo tonto: invariablemente, a cualquiera
que esté cerca y escuche le va a dar una risita. Pero, probablemente, no fue
ningún motivo de risa para el pobre Charles Osborne, de Anthon, Iowa, que tuvo
hipo de manera continua desde 1922 hasta 1990; se cree que durante esos 68 años
produjo 430 millones de hipos. Por fortuna, la mayoría de los ataques son
mucho más breves. Básicamente, el hipo no es más que una contracción
involuntaria del diafragma. Esto hace que repentinamente se inhale aire, el
cual es detenido porque se cierra abruptamente la glotis (el espacio que existe
entre las cuerdas vocales). La consecuencia es su sonido característico. Por lo
general, es inofensivo. Si no hay nadie cerca para darle el típico susto,
pruebe algunos de estos trucos.
Qué hacer ante un ataque de hipo
En cuanto empieza el ataque de hipo, tome un poco de agua y
respire profundamente. A menudo eso es suficiente. Si el hipo continúa, intente
con alguno de estos remedios caseros.
Trague algo dulce. Una cucharada de azúcar es un
remedio popular, porque el hecho de ser granulada puede irritar levemente
el esófago, causando que los nervios frénicos se “reacomoden” solos, si bien no
existen pruebas de esto. ...o bien algo agrio. Tome una cucharadita de vinagre.
El gusto agrio puede hacer que el hipo se pare en seco.
Un poquito de salsa picante. Quizás esto da resultado
porque el picante y el ardor lo distraen como para que el cuerpo se
concentre en esas sensaciones y no en el hipo.
Cúrelo con una bolsa de papel. Respire profundamente
dentro de una bolsa de papel (suspenda si siente mareos.) Esto aumenta el
nivel de dióxido de carbono en la sangre y hace que las contracciones del
diafragma sean más profundas para inhalar más oxígeno; eso puede detener los
espasmos.
Mastique eneldo. Éste es un truco simple y de sabor
agradable. Mastique una cucharadita de semillas de eneldo. Esta cura
tradicional podría funcionar porque al tragar las semillas, se estimula el
nervio vago para que haga detener el hipo.
Dese el gusto con miel
Mezcle miel con un poquito de agua tibia, coloque una
cucharadita en la parte posterior de la lengua y tráguela. Como en el caso del
eneldo, la miel podría estimular el nervio vago y así hacer cesar el hipo.
Con manteca de maní
Coma una cucharada grande de manteca de maní. En el proceso
de masticar y despegar la golosina de la lengua y los dientes, se interrumpe
el patrón de tragar y respirar; por lo tanto, el hipo pasará a ser
historia.
Un delicioso remedio de chocolate
Trate de comer algo de polvo de cacao para preparar
directamente de la cuchara. Tragar una cucharada de polvo requiere cierto
esfuerzo, y eso puede frenar el hipo.