Descubra cuáles son las causas de este tipo de demencia y
las pautas de dieta y actividad física para prevenirla.
Muchos adultos le temen más al Alzheimer que a la enfermedad
cardíaca (el asesino número uno), la diabetes o incluso el cáncer, y no es de
extrañar: perder nuestras mentes equivale a perdernos a nosotros mismos.
Aunque no existe una vacuna o una cura para el Alzheimer, hay nueva información
acerca de cómo prevenir o posponer este mal y otras formas de demencia.
“No existe un remedio infalible, pero hay bastante evidencia de que se puede
prevenir, retrasar o aminorar el impacto de esos trastornos cerebrales”, dice
Richard E. Powers, médico y presidente del Consejo Consultivo Médico de la
Fundación de Alzheimer de Estados Unidos y profesor adjunto de Neurología de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Alabama. “Algunas personas harán todo
lo correcto y, aun así, padecerán demencia; otras no harán casi nada y nunca la
tendrán”, dice el doctor Powers, y agrega: “Ahora sabemos lo suficiente para
recomendar distintas maneras de protegerse”. ¿Qué pasa con esas estadísticas
escalofriantes, en especial la que dice que la mitad de las personas de más de
85 años sufre demencia? Es verdad, pero se trata de solo una parte de la
historia. Sus probabilidades de padecer Alzheimer ascienden de un 5% a los 65
años a un 17% a los 75 años y a un 50% a los 85; pero no si hace ejercicio,
come bien y cuida su salud de otras formas.
La importancia del ejercicio
La prueba de esto radica en una investigación donde se
observó cómo la actividad física afecta el riesgo de demencia. En este estudio
se comprobó que las personas que hacían ejercicio tres veces por semana
vieron que el riesgo aumentaba más lentamente que en aquellos que practicaban
ejercicio con menos frecuencia. El riesgo de los primeros aumentó a sólo 50% a
los 92 años; y para ese entonces, los que hacían ejercicio con poca frecuencia
tenían un riesgo del 75%. ¿Cómo ayuda el ejercicio? Contribuye a bajar la
presión arterial, protege contra la diabetes, estimula la circulación
sanguínea y fomenta el crecimiento de nuevas neuronas.
La dieta, aliado contra el alzhéimer
Lo que uno come a diario influye en la probabilidad de
desarrollar demencia. En una investigación de la Universidad de Columbia sobre
1882 personas mayores (de 77 años en promedio), aquellos con recuerdos
vacilantes que siguieron una dieta saludable estilo Mediterráneo fueron
48% menos propensos a tener Alzheimer que los que no la siguieron. Los expertos
no están seguros del motivo, pero saben que este estilo de alimentación
estimula los vasos sanguíneos y ayuda a reducir la inflamación, lo que
quizá cumple una función en el desarrollo de las enfermedades cerebrales.
Estimule el cerebro
Mantener al cerebro ocupado y estimulado es
importante, tanto como conservar una red social activa a lo largo de su vida.
“Hay evidencia convincente de que la combinación de la actividad social, física
y mental, sumada a un buen control de problemas de salud como la diabetes, la
presión arterial alta y el colesterol elevado, es la mejor opción para prevenir
y de retrasar el deterioro cognitivo”, sostiene la doctora Kristin Fargher,
subdirectora del Centro Eric Pfeiffer de Alzheimer y Gerontología de la
Universidad del Sur de Florida.