Se cree que esta milenaria bebida ayuda a disminuir los efectos del alzhéimer.
La enfermedad de
Alzheimer es la sexta causa de muerte en los Estados Unidos, afecta a más de
seis millones de estadounidenses y se espera que su incidencia aumente en las
próximas décadas. La causa de la enfermedad en su forma más común, que no
tiene una base genética, no se comprende bien. Esto dificulta el
tratamiento, pero se están logrando avances. Usando un modelo 3D de células
cerebrales humanas vivas, los investigadores de la Universidad de Tufts
mostraron a principios de este año que el virus del herpes común podría
inducir placas en el cerebro asociadas con el mal de Alzheimer.
Cómo retrasar la progresión del alzhéimer
Ahora, los
investigadores de Tufts están trabajando para comprender qué podría retrasar la
progresión de la enfermedad. Han probado 21 compuestos diferentes en
células neurales afectadas por el alzhéimer en el laboratorio, midiendo el
efecto de los compuestos en el crecimiento de placas pegajosas de beta
amiloide. Estas placas se desarrollan en los cerebros de las personas con
alzhéimer. Los investigadores encontraron que dos compuestos comunes, las
catequinas del té verde y el resveratrol, que se encuentra en el vino tinto y
otros alimentos, redujeron la formación de placas en esas células neurales.
Y lo hicieron con pocos o ningún efecto secundario. Los investigadores
informaron sus hallazgos en la revista Free Radical Biology and Medicine.
Agentes antivirales del té verde
Algunos de los 21
compuestos probados redujeron la progresión de la enfermedad al actuar como
agentes antivirales, lo que ralentiza el alzhéimer inducido por el virus del
herpes. Pero encontrar un compuesto “que pudiera disminuir las placas
independientemente del componente del virus sería lo ideal, porque mostraría
que, independientemente de la causa del alzhéimer, es posible que aún se
observe algún tipo de mejora”, dice Dana Cairns, investigadora asociada en Kaplan
Lab en la Escuela de Ingeniería y quien dirigió la investigación. La evaluación
inicial se realizó en modelos más simples, y luego se probaron los compuestos
que tenían un efecto positivo en el modelo de tejido neural 3D. Ese modelo se
crea utilizando una esponja de seda no reactiva sembrada con células de piel
humana que, a través de la reprogramación genética, se convierten en
progenitores de células madre neurales. Esas células crecen y pueblan la esponja,
“lo que permite la formación de una red 3D de neuronas similar a lo que se vería
en el cerebro humano”, dice Cairns. La pantalla inicial encontró que cinco
compuestos tenían una “prevención realmente sólida de estas placas”, dice ella.
Además de los compuestos del té verde y el resveratrol, encontraron que la
curcumina de la cúrcuma, el medicamento para la diabetes metformina y un
compuesto llamado citicolina evitaban la formación de placas y no tenían
efectos antivirales.