El psicoterapeuta Nathaniel Branden define qué es lo que
sustenta la autoestima.
1. Vivir de una forma consciente
Vivir de manera consciente significa estar conectados con
nuestros actos, nuestras motivaciones, valores y propósitos, y comportarnos de
manera razonable. La acción debe ser adecuada a la consciencia. El vivir
conscientemente es vivir siendo responsable con la realidad, preocuparse,
sobre todo, de distinguir los hechos en sí de las interpretaciones que hagamos
sobre ellos o de las emociones que nos generen.
2. Autoaceptación
La aceptación de sí mismo conlleva la idea de compasión,
de ser amigo de mí mismo. Branden lo explica así: “Supongamos que he hecho
algo que lamento, o de lo cual estoy avergonzado y por lo cual me reprocho. La
aceptación de sí mismo no niega la realidad, no afirma que sea correcto lo que
está mal, sino que indaga el contexto en el que se llevó a cabo una acción.
Quiere comprender el por qué, quiere conocer por qué algo que está mal o es
inadecuado se consideró deseable o adecuado, o incluso necesario, en su
momento”.
3. Tomar responsabilidad de sí mismo/a
Es asumir que uno/a es el artífice de su propia vida,
uno/a es responsable de la consecución de sus propios deseos, de las
elecciones que hace, de las consecuencias de sus actos y de los comportamientos
que asume frente a las demás personas, de la propia conducta, de la forma de
jerarquizar el tiempo del que dispone, de la felicidad personal, de aceptar
o elegir los valores según los cuales vive.
4. Autoafirmación
La autoafirmación significa respetar mis deseos,
necesidades y valores, y buscar su forma de expresión adecuada en la realidad.
Significa la disposición a valerme por mí mismo/a, a ser quien soy
abiertamente, a tratarme con respeto en todas las relaciones humanas. Está relacionada
con la autenticidad. Y es la capacidad de abrirse un espacio entre los
demás con firmeza y buenos modos, de hablar claro, de aceptar y de rechazar.
5. Vivir con un propósito y fijar objetivos
Vivir con propósito es fijarse metas productivas en
consonancia con nuestras capacidades. Fijarse metas concretas y actuar para
conseguirlas. Para ello es necesario cultivar la autodisciplina, es decir,
la capacidad de organizar nuestra conducta en el tiempo al servicio de tareas
concretas y no procrastinar.
6. Integridad personal
Tiene que haber una coherencia entre nuestros valores,
nuestros ideales y la práctica de nuestro comportamiento. Nuestra conducta
debe reconducir a nuestros valores. Significa cumplir con nuestros compromisos,
con nuestra palabra y generar confianza en quienes nos conocen. Es el aspecto
moral de la autoestima del que no se puede prescindir.
Extra: 3 ejercicios para mejorar la autoestima
1. Autocuidado
Aprender de nosotros mismos, a conocernos y aceptarnos.
Donde nos fijemos metas y expectativas reales, y nos rodeemos de gente que nos
aporte en esto, pero que también valore tanto nuestros logros como nuestros
fracasos.
2. Reconocer el esfuerzo
Aunque sean cosas tan mínimas como levantarse de la cama por
las mañanas. Hacer consciente el esfuerzo y los logros, considerando las
habilidades y capacidades que estuvieron involucradas. Hacer lo mismo al
equivocarse o no lograr lo que se buscaba: analizar el proceso, identificar el
error y ver qué habilidades pueden potenciarse o mejorar para lograrlo.
3. No compararse
En cuanto al físico, intentar no
compararse con otros, no quedarse en los números porque no dicen nada de del
valor de uno como persona (peso, talla, medidas, etc.). Incluir en la rutina
el reconocer las cosas que se consideran bonitas de uno mismo y agradecer al
cuerpo por el movimiento y por permitirnos llevar el alma, por ser quienes
somos.