Yoga facial Yoga facial

La práctica de ejercicios de yoga con la cara ayuda a mantener la piel y los músculos más jóvenes y tensos.

Se trata de la práctica de gestos faciales acompañados por la respiración con el fin de lograr una mayor tonificación de los músculos de la cara. El efecto es una piel mucho más tersa y joven.

Cómo se hace yoga facial

• Inicie y termine la práctica con la relajación de los músculos de la cara.

• En posición sentada y simple, y con la espalda recta, respire profundamente por la nariz y mantenga los ojos cerrados.

Tome conciencia de todos los músculos de la cara. No tensione los labios ni los párpados. La punta de la lengua debe tocar el paladar, relajada.

Cuatro ejercicios de yoga facial

1. Ejercicios para atenuar las “patas de gallo”.

Mueva los ojos abiertos hacia el extremo izquierdo y sostenga la mirada por unos segundos. Luego, diríjalos hacia el extremo contrario y repita el proceso. Esto libera todas las tensiones en los músculos de los ojos y ayuda a relajar el área de las patas de gallo. Respire pausadamente.

2. Ejercicios para reducir líneas de expresión en losojos.

Imite la expresión de sorpresa, elevando las cejas y abriendo los ojos lo más que pueda, tratando de no arrugar la frente. Fije la mirada en un punto, sostenga por cinco a diez segundos. Relaje y repita cinco veces.

3. Ejercicio para reducir líneas de expresión en la boca.

Mientras llena de aire las mejillas (como inflando un globo) para estirar toda la piel de la cara, aprete la boca para evitar que salga el aire. A la vez, abra los ojos al máximo y trate de relajar la frente. Espire, descanse, respire y repita.

4. Ejercicio para eliminar toxinas.

Saque la lengua lo más que pueda. Sostenga la posición por un minuto. Repita varias veces.

Principales beneficios del yoga facial

La piel de la cara se torna más lisa, más luminosa; con mejor tono y menos arrugas.

Favorece un mayor almacenamiento de sustancias nutritivas.

Alivia dolores de cabeza ocasionados por nerviosismo.

Modela los rasgos y tiene un efecto reafirmante.

Con la práctica frecuente (al menos tres veces a la semana), los músculos se tonifican, y esto evita la flacidez.

Lo ideal: practicarlos antes de dormir.

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