Si le cuesta dormir bien, lo primero es crear una rutina y
adoptar unos simples pasos para adquirir la llamada “higiene del sueño”.
Dormir más es tan simple como acostarse más temprano.
También ayuda a perfeccionar lo que los expertos denominan “higiene del
sueño”, que son sus hábitos a la hora de dormir. ¿Qué es lo que no
ayuda demasiado? Las pastillas para dormir. Las personas que las toman no
consiguen tanto sueño extra como creen: a veces, unos minutos más. Y si uno
comienza a tomar pastillas para dormir, aunque se trate de productos de venta
libre, podría quedarse atrapado en un ciclo adictivo por un tiempo. Incluso en
el caso de los remedios “naturales”, como los suplementos de melatonina,
no se ha demostrado de manera concluyente que funcionen y pueden dificultar la
liberación natural de melatonina. Siga a rajatabla las siguientes estrategias.
1. Combata las hormonas del estrés
Vaya al gimnasio. Una forma de conseguir una buena noche de
sueño es hacer ejercicio. El ejercicio reduce el insomnio por sus
efectos sobre las hormonas del estrés. Las personas con insomnio tienen niveles
elevados de estas hormonas o las liberan ante la más mínima provocación. Al
principio, hacer ejercicio incrementa las hormonas del estrés, pero horas más
tarde, su cuerpo envía señales para reducirlas y recuperar el equilibrio. Por
esto, no debería practicar ejercicio en las últimas horas de la tarde. Hágalo
seis horas antes de ir a dormir.
2. Lea las noticias, en lugar de mirarlas, y solo por la mañana
Acostúmbrese a mirar las noticias antes del mediodía, en el
periódico o por Internet. En los noticiosos, suelen transmitir los relatos
sobre secuestros de niños y otros delitos de manera sensacionalista. Si lee las
noticias en lugar de mirarlas, usted decide qué historias consume.
3. Elimine poco a poco el café de la tarde
Una taza de café a la mañana es muy buena para el cerebro;
la cafeína aumenta la actividad cerebral en el hipocampo y puede
incrementar los niveles de un neurotransmisor clave. Pero termine la última
taza del día a la hora del almuerzo, ya que la cafeína puede tardar diez horas
en abandonar su organismo. Hasta entonces, mantiene los niveles de cortisol
elevados y puede afectar la capacidad de dormirse.
4. Sea fiel a su reloj biológico
Expóngase un poco a la luz intensa y al sol, al aire libre, durante el día. Si expone sus ojos a la luz de la mañana, estará
ayudando a reajustar su reloj interno, lo que hará más sencillo dormir
de noche. La luz entra en los ojos y funciona como detonante del núcleo
supraquiasmático —su “marcapasos circadiano” cerebral—, que regula varios
ritmos biológicos durante el día y la noche. Uno de estos ritmos es el aumento
y la disminución de la melatonina, una hormona que lo vuelve más
somnoliento y menos agudo mentalmente. La luz reduce la melatonina, y cuanta
menos melatonina haya en el día, más alto sube por la noche, lo que le permite
caer en un sueño más profundo. El cambio en los niveles de melatonina del
día a la noche es extremo cuando somos jóvenes, pero menos drástico a
medida que envejecemos. Esto se debe a que al envejecer nuestros ojos son menos
capaces de transmitir luz a la glándula pineal (que produce melatonina). Si el
aumento y la disminución de la melatonina son más bajos, puede derivar en más
fatiga y en menos velocidad de pensamiento en el día, lo que dificulta dormir
por la noche. Para combatir este fenómeno, expóngase a tanta luz diurna como
le sea posible.
EXTRA: Lo que ocurre cuando uno duerme
• Las células cerebrales se reparan.
• Las experiencias se procesan como recuerdos.
• Los recuerdos se solidifican y se ubican en lugares a los
que se accede con mayor rapidez.
• Se libera la hormona de crecimiento que estimula la salud.
• Las conexiones entre las neuronas se multiplican, esto
aumenta la “plasticidad” de su cerebro.
• Se agudizan la habilidad para la toma de decisiones, el
tiempo de reacción y la coordinación de manos y ojos.