Dieta keto Dieta keto

Estas dietas, en boga desde hace algunos años, podrían ayudar en algunos casos de enfermedades autoinmunes.

La complejidad y sofisticación de los equilibrios en el cuerpo humano sorprenden una vez más. Las dietas ketogénicas bajas en carbohidratos y altas en grasas, que han atraído el interés público en los últimos años, podrían ayudar en algunas enfermedades autoinmunes. Así se desprende de un trabajo pionero de investigadores de la Universidad de California San Francisco, quienes descubrieron que, al hacer el cambio desde los carbohidratos a las grasas, se altera el microbioma intestinal; esto es, cambia profundamente el “paisaje” bacteriano dentro de nuestra tripa y, a raíz de ello, cambia toda una serie de mecanismos metabólicos.

 

Qué son las ketodietas

En las dietas ketogénicas (también conocidas como cetogénicas), el consumo de carbohidratos se reduce drásticamente para obligar al cuerpo a alterar su metabolismo y pasar al uso de moléculas de grasa, en lugar de las comunes de carbohidratos (provenientes de pastas, arroces, papas, frutas dulces, panes, etc.) como su fuente de energía primaria, produciendo los llamados "cuerpos ketónicos" como subproducto, un cambio que los defensores de estas dietas afirman que tiene numerosos beneficios para la salud.

 

Para qué sirven las dietas ketogénicas

En general este tipo de dietas se proponen para reducir la inflamación general (en ocasiones, en particular en el sistema digestivo) y promover la pérdida de peso y la salud del corazón. La novedad es que tienen un impacto dramático en los microbios que residen en el intestino humano, denominados colectivamente como el microbioma.

“Me interesó este trabajo porque nuestra investigación previa demostró que las dietas altas en grasas inducen cambios en el microbioma intestinal que promueven enfermedades metabólicas y de otro tipo en ratones, sin embargo, se han propuesto dietas ketogénicas, que son aún más altas en contenido de grasa para prevenir o incluso tratar enfermedades”, dice Peter Turnbaugh, profesor asociado de microbiología e inmunología de la UCSF y miembro del Centro Benioff de Medicina de Microbioma de la UCSF. “Decidimos explorar esa desconcertante dicotomía”. En su estudio reclutaron a 17 hombres (no diabéticos obesos o con sobrepeso) adultos para pasar dos meses como pacientes hospitalizados en una sala metabólica donde sus dietas y niveles de ejercicio eran cuidadosamente monitoreados y controlados. Durante las primeras cuatro semanas del estudio, los participantes recibieron una dieta “estándar” que consistía en 50% de carbohidratos, 15% de proteínas y 35% de grasas, o una dieta ketogénica que comprendía 5% de carbohidratos, 15% de proteínas y 80% de grasas. Después de cuatro semanas, los dos grupos cambiaron las dietas, para permitir a los investigadores estudiar cómo el cambio entre las dos dietas alteraba los microbiomas de los participantes.

 

Los cambios en el organismo con las dietas ketogénicas

El análisis del ADN microbiano encontrado en las muestras de heces de los participantes mostró que el cambio entre las dietas estándar y ketogénicas alteró drásticamente las proporciones de Actinobacterias, Bacteroidetes y Firmicutes intestinales microbianos en los intestinos de los participantes, incluidos cambios significativos en 19 géneros bacterianos diferentes. Los investigadores se centraron en un género bacteriano particular, las Bifidobacterias probióticas comunes, que mostraron la mayor disminución en la dieta ketogénica. Luego, los investigadores expusieron el intestino de ratones a diferentes componentes de microbiomas de humanos que se adhieren a las dietas ketogénicas, y demostraron que estas poblaciones microbianas alteradas reducen específicamente el número de células inmunes Th17, un tipo de célula T crítica para combatir enfermedades infecciosas, pero también conocida por promover la inflamación en enfermedades autoinmunes.

 

Efectos crecientes de las dietas ketogénicas

Los experimentos de dieta de seguimiento en ratones, en los que los investigadores cambiaron gradualmente las dietas de los animales entre dietas ketogénicas bajas en grasas, altas en grasas y bajas en carbohidratos, confirmaron que las dietas altas en grasas y ketogénicas tienen efectos opuestos en el microbioma intestinal. Los investigadores observaron que a medida que las dietas de los animales cambiaron de una dieta estándar a una restricción de carbohidratos más estricta, sus microbios también comenzaron a cambiar, correlacionado con un aumento gradual de los cuerpos ketónicos. “Esto fue un poco sorprendente para mí”, dice Turnbaugh. “Como alguien que es nuevo en el campo keto, supuse que producir cuerpos ketónicos era un efecto de todo o nada, una vez que llegaba a un nivel suficientemente bajo de ingesta de carbohidratos. Pero esto sugiere que se puede tener algunos de los efectos de ketosis con bastante rapidez”.


Qué son los cuerpos ketónicos

Los cuerpos ketónicos son las moléculas solubles en agua producidos por el hígado a partir de ácidos grasos durante los períodos de baja ingesta de alimentos (o ayuno), dietas restrictivas de carbohidratos, inanición, ejercicio intenso prolongado, alcoholismo, o diabetes mellitus tipo 1 no tratada (o mal tratada). Los investigadores probaron si estos cuerpos ketónicos por sí mismos podrían impulsar los cambios que habían visto en el ecosistema microbiano del intestino, alimentando directamente con los cuerpos ketónicos a los ratones. Descubrieron que incluso en ratones que comían cantidades normales de carbohidratos, la mera presencia de ketonas añadidas era suficiente para producir muchos de los cambios microbianos específicos observados en la dieta ketogénica. “Este es un hallazgo realmente fascinante porque sugiere que los efectos de las dietas ketogénicas en el microbioma no se refieren solo a la dieta en sí, sino a cómo la dieta altera el metabolismo del cuerpo, que luego tiene efectos posteriores en el microbioma”, dijo Turnbaugh. Finalmente, reflexiona que, “si los estudios futuros encuentran que hay beneficios para la salud de los cambios microbianos causados por los propios cuerpos ketónicos, eso podría dar lugar a un enfoque terapéutico mucho más apetecible”. Estos descubrimientos parecen confirmar, además, lo que tradicionalmente se establecido en cuanto a los efectos de los ayunos. Si algunas enfermedades autoinmunes pueden ser moderadas o contenidas con estas dietas sería una herramienta más para tratarlas.

 

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