A veces, la alegría de recibir invitados se ve opacada por
pequeños contratiempos domésticos. No desespere y aprenda a resolverlos al
instante con estos consejos.
1. Hay demasiados invitados
La vajilla es para seis personas, pero la cena es para diez
SIMULE QUE PUSO PLATOS DIFERENTES A PROPÓSITO. Si la
cena es informal, lo más probable es que a nadie le importe que algunos platos pertenezcan a otro juego. Si la cena es más bien formal, tenga en cuenta esta
solución rápida: en lugar de utilizar el juego completo de seis platos de
vajilla fina y cuatro de los que usa a diario, utilice cinco y cinco.
Alterne los juegos: fino, diario, fino, diario. Tendrá un efecto estético
agradable y parecerá que lo ha planeado así de antemano.
2. Cociné para seis, pero vinieron diez comensales
PREPARE PASTAS EXTRA Y HAGA UNA COMIDA FAMILIAR. En
el instante en el que note que habrá más bocas de las que pensaba, ponga a
hervir agua para preparar pasta. Una vez lista y colada, agregue sopa
instantánea de champiñones (o similar) poco diluida y ajo picado, sazone a
gusto y añada una buena cantidad de queso parmesano u otro queso rallado,
cuanto más duro mejor. Logrará un delicioso plato que dejará a todos
satisfechos sin retrasar demasiado la comida y garantizará que nadie abandone
la mesa con hambre. Las pastas no son la única solución. Si, por ejemplo,
preparó seis bifes, ¿qué puede servir a las cuatro personas restantes? Una
solución rápida y simple es transformar la reunión en una comida familiar. Distribuya
la comida en fuentes sobre la mesa y aliente a sus invitados a servirse solos.
Corte los bifes o cualquier otro corte de carne en trozos o porciones
apetecibles y dispóngalos en una bandeja. Coloque las verduras en una fuente
con una cuchara para servirse. Según las reglas tácitas de buenas costumbres,
de este modo los invitados se servirán menos carne que si se la hubieran
servido a cada uno de manera individual. Y con las pastas preparadas a
último momento y una panera abundante, lo que parecía escaso se convertirá en
un generoso festín que todos disfrutarán.
3. Invitados con exigencias especiales
¡Ahora me dice que es vegetariano!
PREGUNTE A SU INVITADO QUÉ DESEA COMER. Mientras le
da los toques finales a los bifes de ternera, se entera de que el invitado de
honor sigue una dieta estricta que no incluye carne. ¿Qué hace usted? En
realidad, sólo hay una persona que puede responder esa pregunta: el invitado vegetariano. Pregúntele qué puede preparar para él. Probablemente, no sea la
primera vez que a su invitado le sucede esto; por lo tanto, tendrá una o dos
sugerencias para hacerle. Llévelo a la cocina, ofrézcale sus disculpas, abra la
heladera y la alacena y dígale: “Esto es todo lo que tengo. Veamos qué se puede
hacer”. Además de que el invitado comerá a gusto, se creará entre los dos una
cierta intimidad, lo cual quizás haya sido el objetivo original de la cena.