No se pierda los innumerables efectos positivos que trae el
buen humor a nuestras vidas.O
Según los psicólogos, cuando estamos tristes,
nuestras defensas bajan, y estamos más propensos a contraer infecciones u otras
enfermedades. Es decir, si tenemos una mirada negativa de una situación,
primero afrontaremos una depresión y luego un malestar físico. Por lo tanto, si
tenemos una buena dosis de humor durante el día, aumentará nuestra autoestima, y eso, en definitiva, nos ayudará a vivir sanos y mejorar la
calidad de vida.
¿SE NACE CON SENTIDO DEL HUMOR?
Todas las personas nacen con capacidad para reírse. Un bebé
recién llegado al mundo tarda 45 minutos en soltar la primera carcajada. Un
individuo que se ríe cada vez menos ha “modificado” su sentido del humor debido
a las circunstancias de su vida: trabajo, estrés, experiencias traumáticas,
etcétera.
La buena noticia es que esta situación puede corregirse. La
risa es buena para el organismo y para la mente. Una persona con sentido
del humor tiene una visión positiva de las cosas. Además, quienes tienen
mejor sentido del humor soportan mejor las contrariedades de la vida. La
carcajada también ayuda a superar episodios depresivos.
Recursos positivos para afrontar situaciones con humor
a. Aprender de la experiencia. Tenemos que ser
capaces de aprender de situaciones pasadas y mantenerlas presentes en nuestro recuerdo,
en vez de tratar de olvidarlas a toda costa. Así podremos saber cuál será
nuestra reacción ante hechos parecidos y utilizar la experiencia para
manejarlas con éxito.
b. Aceptar los propios límites.
Hay personas que tienen una gran capacidad de respuesta ante las situaciones imprevistas. Otras, en cambio, necesitan tiempo para
hacerse cargo de la situación y emprender una acción para afrontarla. Cada
uno debe respetar y aceptar su margen, y también los límites de los demás.
c. Conocer los puntos débiles.
Todos somos
vulnerables ante diferentes estímulos. Conocer de antemano los lugares por los
que nos resulta difícil circular nos permite jugar con ventaja y organizar
estrategias para evitar esos efectos o dotarnos de sistemas de seguridad para
protegernos ante su efecto.
d. Buscar recursos de apoyo. A algunas personas les resulta
útil aislarse de los demás, mientras que otros, en cambio, necesitan sentirse
protegidos y ayudados por quienes están a su alrededor. Hay que ser realistas y
pensar qué es lo que se puede hacer ahora frente a un determinado problema.